miércoles, 29 de agosto de 2012

Sin red.




Hace cinco años, tras más de veinte de enfermedad, cuando me operaron del Crohn* y volví a nacer, no pensé cuántos retos sería capaz de plantearme y conseguir

Ha sido divertido ir cumpliéndolos uno a uno: aquella primera carrera de cinco kilómetros, la media maratón, las maratónes enteras, las carreras de montaña hasta que llegó la maratón de montaña, las travesías a nado, los triatlones, primero sprint (setecientos cincuenta metros nadando, veinte kilómetros en  bici y cinco kilómetros corriendo) y finalmente uno olímpico (exactamente el doble de distancia en cada disciplina)... En muchos de ellos al comenzar he tenido serias dudas de si acabaría pero he tenido la suerte de mi parte y lo he conseguido. Tenía una enfermedad que, con muchos factores a favor (y de momento) estoy venciendo.

Como diríamos en twitter: "Para mi próximo truco (reto) necesito SOLO un camino".

Mi próximo reto consiste en...

¿Irme a hacer el camino de Santiago (esta vez caminando)? No, eso me veo capaz de hacerlo.

¿Caminar treinta y cinco kilómetros al día durante dicho camino? Este kilometraje es culpa de Bejota que dijo que era un mariquita si hacía menos y yo, como siempre, emulando al gran Barney Stinson, contesté: "Challenge accepted", y aunque lo veo duro creo que podré.






¿Irme solo? No, eso ya lo hice el año pasado, además me voy solo de este mundo mío pero con inmensas ganas de abrazar todos esos mundos diferentes que allí se encuentran esperándome.

¿Entonces?...

Confieso que solo es una matriz de idea y que no sé si ni siquiera lo empezaré, sencillamente me acojona y me parece, DE LEJOS, el reto más duro planteado hasta ahora.

El reto es llevarme en la maleta un teléfono de los que solo sirven para llamar (tengo hijos, de eso no me quiero desconectar). Lo llamaremos inmersión total, desconexión de internet, salto sin red, regreso al pasado...

REPITO: no sé si seré capaz pero lo publico aquí para retarme a mí mismo con vosotros como testigos.

¿No os parece tan duro? será que no estáis tan enganchados al mundo global -bueno, quizá no tan global, mi globalización es bastante local- como yo (twitter, mi foro de atletas de baleares , el correo electrónico, los blogs que sigo, el whatsapp con bastante gente y el voxer con mis hermanos Josemi y Joan).

Challenge accepted?...ya veremos.



*La cirugía en la enfermedad de Crohn es siempre el último recurso y, desde luego, no garantiza la mejoría de la enfermedad, es más, si se ha llegado a ella es por mal control médico y se considera en numerosas ocasiones un fracaso. Aclaro esto para que nadie saque de aquí la conclusión de que es una buena alternativa aunque para mí, por las razones que fueran, completamente diferentes, como cada caso, me fuera  tan bien, cosa que no se esperaba.

martes, 28 de agosto de 2012

¿Son numeradas?






¿Son numeradas?

Con esa sencilla pregunta solucionaba yo de pequeño mi duda sobre si podría ir tranquilo a comprarme palomitas-cocacola-toblerone antes de empezar la película o si tendría que enviar a un amigo a hacerlo y yo estar estresado haciendo cola para entrar corriendo a la sala y coger buenos sitios.





¿Son numeradas?

Es una pregunta simple que en la inmensa mayoría de los casos es de respuesta afirmativa si la haces en el mostrador de control antes de subir a un avión o te molestas en mirar la tarjeta de embarque.

Que alguien informe, por favor, a toda esa gente que se pega a veces más de una hora haciendo cola para entrar al avión…

¡¡¡¡¡¡SON NUMERADAS!!!!!!

domingo, 26 de agosto de 2012

Se puede no creer en Dios.





Ayer vi la muerte vestida de Volkswagen Golf  blanco, hoy de Citroen Saxo negro, ¿mañana de furgoneta?

Cada día, cuando salgo a la carretera en coche ¡y más aún cuando salgo en bici! sufro (diremos, como promedio) unos tres sustos que no llegan a nada, ni a golpe, ni a leve caída…a nada. Sigo respirando, sigo vivo e incólume.

(El del Volkswagen blanco de ayer fue en bici, la guadaña de la muerte pasó cerca, mucho, de hecho noto a faltar un mechón de mi pelo).

Se puede no creer en Dios pero si sales a la carretera no puedes no creer en el angel de la guarda.

(Angel Custodio flanqueando la puerta del ayuntamiento y sosteniendo en sus manos a la muy noble, muy leal, muy heróica, siempre heróica, muy benéfica e inmortal ciudad de Zaragoza, no en vano es su segundo patrón, tras San Valero).

viernes, 24 de agosto de 2012

No compensa.





Tener la razón. Al menos a mí.

Bueno, hay una ocasión en la que sí: me gusta ver como mi hija aprende cosas que creo que son buenas. La he educado para saber reconocer cuando se equivoca y en mi familia es ley sagrada que, cuando se demuestra que uno tiene razón y otro no, hay que mirar a los ojos al que la tiene y decir vocalizando claramente: “TIE-NES RA-ZÓN”. Cuando su madre o yo la tenemos (la mayoría de las veces, claro) me gusta ver cómo saca su nobleza y ya casi no le cuesta reconocerlo, y por otro lado ¡me encanta ver lo que disfruta si alguna vez “gana” el juego y nos lo hace decir a nosotros!

Cuando son discusiones sobre datos o previsiones más o menos enconadas con cualquiera me da bastante igual. Yo, como mi hija, he aprendido que me equivoco mucho y los demás también y si “pierdo” me da igual y si “gano” no me siento triunfador.

Pero cuando me siento herido, molesto, enfadado, triste…por algo que me han hecho y explico por qué me siento así…preferiría otra respuesta, preferiría ser yo el que aprende que las cosas no son como parecen, que en realidad no tengo argumentos para sentirme de esa manera. Preferiría que me hicieran ver que no tengo razón.

No me compensa.