miércoles, 26 de octubre de 2016

Sanabrés 6. Orense-Castro Dozón. "Costiña".





Con unos cuantos trozos de camino hechos ya has pasado por muchos sitios, parajes, iglesias, cruceiros, cuestas arriba y abajo, aldeas, pueblos ciudades…algunas quedan en la memoria, la mayoría se olvidan, y unas pocas pasan al salón de la fama de los recuerdos. Entre Orense y Castro Dozón hay una de estas últimas: la costiña de Canedo.

Dos kilómetros de distancia para doscientos sesenta y dos metros de desnivel. Un promedio del trece por ciento con algún pico del veintidós.


Soltar aquí estos datos probablemente es una ordinariez y os aburra pero no deja de tener su gracia la retranca gallega: “Costiña”…

sábado, 22 de octubre de 2016

Sanabrés 5. Orense. Paparazzo.





Inscripción sobre la puerta del cementerio de Orense, no sé si con mi ilegal forma de obrar
 en las termas mi alma gano puntos para tirar más para abajo que para arriba.


De Xunqueira a Orense solo median veintidós kilómetros y medio. Una etapa muy corta, sí, pero pensé que igual merecía la pena descansar un poco y volver a visitar la ciudad que tiene tres cosas que no las hay en España (el Santo Cristo, el puente romano y las burgas “ferviendo auga”). 

Me bajé con Antonio (el burgalés) a las termas, unas piscinitas con agua caliente que quedan al lado del río y que, como buen turistilla de medio pelo, tenía que fotografiar. En esas estaba, intentando sacar favorecido al de Burgos, cuando una señora con muy mal genio nos indicó que estaba prohibido hacer fotos, y “que yo no tengo por qué salir en bañador en el fondo de pantalla de nadie”.


Antonio rió algo fastidiado mientras me advertía bien alto que si de esta volvíamos de nuevo sin las fotos el director de la “Interviu” nos iba a echar. Yo también reí e hice como que reenfundaba mi arma pero el momento, por mis cojones, quedó inmortalizado.





jueves, 20 de octubre de 2016

Sanabrés 4. Xunqueira 2. Callos.





A intentar comer en Xunqueira llegué tarde, fue una etapa larga y yo antes de comer necesito haberme duchado y haber lavado y colgado la ropa.

Entré a uno de los tres restaurantes, el que me había recomendado Guillermo (y allí estaba él, por cierto).

- ¿Aún me dais de comer?
- Siéntate. De primero me queda ensalada mixta o empanada.
- ¿Y de segundo?
- Callos
- Comeré la ensalada, pero tengo dudas con el segundo.
- Te recomiendo los callos.
- Hágase.





miércoles, 19 de octubre de 2016

Sanabrés 3. Xunqueira de Ambia. Rétese usted.

Yendo a Xunqueria de Ambia por un tramo común con la omnipresente OU-525 oigo un ruido de algo que viene por detrás, parece un coche muy lento, me doy la vuelta y lo es, una furgoneta, pero va siguiendo a un ciclista que, a su vez, va siguiendo a un corredor.

A estas alturas uno ya sabe, y le pregunto al  ciclista:

-  ¿Cuál es el reto?

Y me lo explicó (https://www.facebook.com/42x18/ )

- Oh, el camino en maratones, está bien, ¿dónde acaba hoy?
 En Xunqueira.
- Qué casualidad, pues os veo en el albergue, ¿no?
 - No, vamos a dormir a un hotel a Orense.
- Ah.

Volvieron a pasarme un par de veces, sí, así fue (paraban a avituallar). Así, con tanto apoyo, sin mochila, de hotel…ay, no sé.


Y si encontrara, que no encuentro, allí donde Bernardo explica lo del reto definitivo, ¡Bern!

martes, 18 de octubre de 2016

Sanabrés 2. Laza. Pili Vs Cova.





Tras el primer día de camino ya has conocido gente e incluso a veces cometes el error de irte a cenar con ellos. Parecerá esto un chiste de aquellos antiguos pero hasta que yo recuerdo era bien cierto que estábamos en aquella mesa un francés, un alemán, una madrileña, un burgales una asturiana y yo.

La asturiana gustaba de hablar y comparar quedando siempre, por supuesto, todo lo de su tierra por encima de lo vulgar demás. El resto cenábamos, observábamos los carteles, cuadros y demás reliquias de las paredes sobre el afamado carnaval de Laza, pedíamos la receta de aquel estupendo caldo y aguantábamos como podíamos el tirón. En un momento dado la interfecta decidió que DEBÍAMOS escuchar el himno de la santina. Tras unos segundos de tenso silencio y miradas de poker el burgalés, medio resignado medio divertido, cedió a la presión y le preguntó si no sería tan amable de cantárnoslo. Disculpándose a priori de lo mal que cantaba, “y con este catarro y el cansancio” nos hizo el inmenso favor de disponerse a ello mientras sacaba un papelito…¡mientras sacaba un papelito!...

-  ¿Tanta leche con tu tierra y el himno y ni siquiera te lo sabes de memoria?
-   No, sí… o sea, por si me equivoco.
-   Tiene cojones…

El burgalés, fino y al quite, quiso jugármela.

      - Como que te sabes tú el de la virgen del Pilar.
      - Mira Antonio, los de Zaragoza podemos ser ateos, decir que somos mallorquines y reírnos de España, Europa y de casi todo. Pero solo de casi todo, a la virgen del Pilar no nos la toca nadie y, ¿sabes qué te digo?
      -  Qué?
      -   Que “VirgenSanta, Madre míiia, luz hermooosa, clarodiía queelatierra araagoneeesa tedignastevi-si-taaar…


Y  así canté yo primero, y se oyó en Laza y para toda Galicia y Asturias uno de los himnos de la virgen del Pilar peor cantados de la historia, pero triunfante e infinitamente sentido.



viernes, 7 de octubre de 2016

A Gudiña. Decíamos ayer.

[Foto]




Uno tiene las obligaciones y menesteres que tiene y eso le permite irse a caminar solo (y sólo) unos ocho días al año, por eso los caminos de Santiago los voy haciendo por trozos. Para completar el Sanabrés he tardado dos años, el año pasado hice de Zamora a A Gudiña y este año de allí a Santiago.

Fue una sensación extraña volver al sitio donde abandoné el camino el año anterior, en el mismo sitio y a la misma hora exactamente un año después.

Estaban allí de nuevo el mismo grupo de gente mayor andaluza, los mismos dos franceses, la norteamericana loca, la huraña alemana y la pareja de hombres raros que nadie sabe de dónde son porque no hablan nada entendible. ¿Cómo, después de lo que yo creía había sido un año muy ajetreado, podía haberse parado el tiempo así en ese extraño e intrascendente pueblo al inicio de Galicia? Decidí no darle ninguna vuelta al misterio, si acaso cagarme en él como hace Saza al final de "Amanece que no es poco", y no pude por menos, además, que recordar la frase de Fray Luis de León tras cinco años en la cárcel, la misma que después repitió Unamuno tras otros siete en el mismo sitio.