lunes, 28 de noviembre de 2016

Sanabrés 9. Outeiro. Benemérita.

Outeiro es uno de esos pueblos a los que tienes que llegar a dormir aprovisionado ya que ni hay restaurante, ni tienda, ni menaje en la cocina del albergue. Justo una fuente y no caía agua.

(¿Por qué albergues con cocina y sin menaje? Misterio misterioso).

Así que comí tarde y abundante en “O Churrasco de Juanito” en Ponte de Ulla y encaré la subida con la alegría que da el cocido. Al inicio de la misma veo a los valencianos con dos guardias civiles. Nos tomaron los datos y nos contaron  que su labor era tranquila, vigilar el camino, pero que entre tanta gente de todo había y que pocas veces pasaba algo pero cuando pasaba cundía mucho así que mejor minimizar.


Mejor, sí, que las poblaciones que dependen del camino no quieren matar a la gallina ni los que lo hacemos queremos tener miedo. Al precio de que te fotografíen el DNI con el esmarfon y te den un ratito de conversación sale barato.

6 comentarios:

  1. Cogida por los pelos para la ocasión, pero la foto es buena.

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  2. Sí, esta la he sudado, pero algo había que poner.

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  3. Cuando te leí me acordé de un artículo que escribí hace ya la friolera de 15 años rememorando, entre otras cosas, una situación algo parecida que viví. Me tomo la libertad de reproducirlo ahora que lo he encontrado para que sirva de solaz a los visitantes del blog a la espera de tu próxima entrega (que al ritmo que vamos...)

    Ciudades de paso
    Estaba viendo por la tele uno de esos documentales que ahora resulta que le gustan tanto a la gente, y que por un día no trataba de la puesta de huevos de las tortugas marinas, sino que era un recorrido a vista de pájaro por los alrededores de Glasgow, y más o menos a la mitad, ante la imagen de una de las orillas del Clyde, me dije lo que tantas otras veces: que tarde o temprano yo también viajaría a esa ciudad. Cinco segundos después, al tiempo que me daba un palmetazo en toda la frente, yo mismo me respondí:
    -Pero si ya has estado, capullo.
    Y es verdad. O quizás no. Fue un viaje en autocar, uno de esos autocares de dos plantas de la Caledonian Express que cubren la línea entre Inverness y Londres, y a eso de medianoche paramos en la estación de autobuses de Glasgow para recoger más pasajeros y yo aproveché aquellos cinco minutos escasos para bajar y estirar las piernas por la terminal desierta. Y nada más. No sé si con esto se puede decir que he estado en Glasgow, pero lo cierto es que a poco que haga memoria me sale una lista bastante larga de ciudades en las que solo he estado de pasada, el tiempo de subir y bajar del autocar, cambiar de tren o echar una meada en una estación de servicio: La Haya, Plymouth, Amberes, Breda, Hannover, Munich, Padua, Bolonia... Decía Pierre Loti que aquellos lugares en los que no se ha amado ni se ha sufrido no dejan en nosotros ningún recuerdo. No sé. Yo me acuerdo perfectamente de aquel pueblo de La Mancha en el que solo me paré a tomarme un café y cuyo nombre tuve que preguntar a una pareja de la Guardia Civil.
    -Almuradiel, joven. Y ya que estamos, a ver la documentación...

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  4. Está claro que si me lee alguien (lo dudo) será para leer tus comentarios a mis...como se llame esto que hago, si es que tiene nombre. No te vayas.

    Vanesa, por ejemplo, ¿crees que la hemos enganchado?

    Vanesa: si estás ahí, manifiéstate.

    Que ya que nos han cerrado el otro whatsapp podemos seguir por aquí.

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  5. Calla, que vuelve a funcionar el inmortal foro.

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  6. Hola!Por aquí estoy...
    Te dije que leería el blog y lo sigo haciendo. Ya veo lo mucho que confías en mi palabra...¡¿eh!?

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