Inscripción sobre la puerta del cementerio de Orense, no sé
si con mi ilegal forma de obrar
en las termas mi alma gano puntos para tirar
más para abajo que para arriba.
De Xunqueira a Orense solo median veintidós kilómetros y medio.
Una etapa muy corta, sí, pero pensé que igual merecía la pena descansar un poco
y volver a visitar la ciudad que tiene tres cosas que no las hay en España (el
Santo Cristo, el puente romano y las burgas “ferviendo auga”).
Me bajé con Antonio (el burgalés) a las termas, unas
piscinitas con agua caliente que quedan al lado del río y que, como buen
turistilla de medio pelo, tenía que fotografiar. En esas estaba, intentando
sacar favorecido al de Burgos, cuando una señora con muy mal genio nos indicó
que estaba prohibido hacer fotos, y “que
yo no tengo por qué salir en bañador en el fondo de pantalla de nadie”.
Antonio rió algo fastidiado mientras me advertía bien alto que
si de esta volvíamos de nuevo sin las fotos el director de la “Interviu” nos iba a echar. Yo también reí e hice
como que reenfundaba mi arma pero el momento, por mis cojones, quedó
inmortalizado.
Como decía Robert Capa: "si tus fotos no son suficientemente buenas es porque no estás lo suficientemente cerca". Da gusto encontrarse aquí a otro valiente. Cuidado donde pisas.
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