Ya lo decía Serrat: "De vez en cuando la vida se hace de nuestra medida".
La etapa entre Poladura y Bendueños -ya avisaban las guías- es "la etapa que todo peregrino quisiera recorrer". Preciosa. Hecha a medida.
Albergue Santuario regentado por Sandra, impoluto y de ensueño, de todo y bueno, cena acojonante. La voluntad. Ella encantadora, todo facilidades. A medida.
Y el equipo. Pocas veces se ha hecho en mis caminos y nunca como en este:
- José Luis, jubilado tarraconense de Sevilla que salía a caminar a las cinco y media.
- Jose Manuel, jubilado barcelonés de Málaga y su hijo, Nacho, barcelonés de Barcelona, que parecían Lemon y Matthau en sus mejores tiempos.
- Y yo.
Risas y surrealismo sin parar al encontrarnos en los albergues. A medida.
Ojalá estos "de vez en cuando" fueran más frecuentes. Por desear...Ojalá siempre.
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