domingo, 22 de enero de 2012

Rescate



Probablemente un melancólico domingo por la tarde no es el mejor momento para rescatar el blog.

Un domingo que, tras empezar bien (disfrutando de amigos, deporte y el claro y soleado aire invernal mallorquín), ha quedado para “hacer sábado” y, por tanto, se aliena, se queja sintiéndose fuera de sitio y, mezclado con canciones como “Sin embargo”, “Corazón cobarde” o “Aquellas pequeñas cosas”, se carga cual escopeta en manos de suicida y te incita a llamar a esas una, dos, o tres personas para decirles todo aquello que sabes que no debes decirles teniendo en cuenta el daño que les puede hacer a ellas… y a ti, por muy profundo que te nazca y por muy verdad que sea.

Entonces recuerdas el blog, quizá él sea capaz de aliviar tus nauseas sirviendo de vomitorio, quizá él sea capaz de salvarte de tirarte al mar a nadar entre verdades demasiado dolorosas.

Probablemente… no. ¡Seguro! que un melancólico domingo por la tarde no es el mejor momento para rescatar el blog a no ser que, perdonad, sea él el que te rescate a ti.