sábado, 25 de diciembre de 2010

Yunaitez neishons ediuqueishonal, saientific and cultural organiseishon



-         ¿Cuántos años vamos a torturar a nuestra hija vistiéndola de payesa, o de angelito, como el año pasado, haciéndola pasar casi dos horas sentada al lado del cura y otros niños el día de nochebuena antes de la cena?
-         Pues no lo sé, supongo que mientras nos duren los abuelos, ¿no? Porque lo que es por ti y por mí ahora mismo estaríamos en casa tan tranquilos picoteando con una mano y con una cerveza en la otra mientras la niña juega con sus primos.
-         Sí.
-         Pues eso.
-        
-         La niña de este año no canta tan mal.
-         No, además eso de que nos hayan dado la letra hace que no se me haga tan larga la Sibil·la.
-         Lo jorn del Judici parrà el qui haurà fet servici…”.
-         ¿Qué querrá decir "parrà"?
-         No sé, será catalán antiguo, ¿”se salvará”?...
-         Espera que lo busque: “…se trata del verbo arcaico PARER (cast. PARECER), hoy dia derivado en PARÈIXER: Parecer, aparecer, comparecer, etc...”, o sea, comparecerá.
-         Ahm.
-         Patrimonio de la UNESCO, ni más ni menos.
-         Sí, qué cosas.
-         Oye.
-         ¿Qué?
-         Que te tengo que confesar una cosa.
-         ¿En mitad de misa de “matines”? miedo me das.
-         Que no mujer, que viene al hilo.
-         Diiiiime…
-         Que no sé que quiere decir UNESCO.
-         Pues hijo, querrá decir yunaitez neishons…
-         Eres una cachonda, hasta ahí ya había llegado yo.
-         Ay, yo qué sé, miralo a ver.
-         Yastá.
-         ¿Qué?
-         Vaale.

La verdad es que con telefono con interné y en una esquina de la iglesia sin que nadie te vea hacer búsquedas la misa se hace más entrenida y didáctica. Siendo sinceros, quién de vosotros, queridos y escasos amigos que sois capaces de leer mis chorrientradas en este blog, sabía qué significaba “parrà”, confesad: ¿sabíais qué, exactamente, quería decir UNESCO? o, sin mirar, ¿dónde está y cómo se pone el punto de en medio de la ele geminada? 

viernes, 17 de diciembre de 2010

Fuga de ideas

Nada, que no me centro, que no consigo hilar dos pensamientos para poner una entrada mínimamente consistente.

Será la navidad, será que en breve pasaremos de ser tres a ser cuatro, será que la quinta es la una y la sexta es la dos (mira que me costó tiempo entender por qué decían eso en la canción de mecano), será el champagne, será el color de tus ojos verdes de ciencia ficción, la última cena para los dos pero esta noche moriría por vos... será la lotería de navidad, o será el día de la lotería de navidad, veintidós de diciembre, que asistió dos años seguidos a una entrevista de trabajo para el que luego me cogieron y me hizo moverme de Madrid a Palamós y de Palamós a Inca al año siguiente. ¿Qué será, será? que decía "Teodora Día" en una de las escenas más cursis de la historia del cine, la del niño yéndose a la cama, por mucho Alfredico que la rodara...

En fin, ¿lo veis?, que no me centro.

Me gustaría escribir sobre algo serio, algo serio de verdad, y conmoveros, amigos. O seguir polemizando con vosotros por el problema del dopaje en el atletismo. O descojonarnos juntos de lo mucho que nos preocupa que Cristiano y Casillas no se lleven bien (prrrfff...) pero nada, no me concentro. Ni siquiera para escribir una entrada al estilo "Código PUK" o "Aquí están, estos son, los cojones de Aragón". Hombre, si me pongo igual si puedo hacer una entrada que quede escoscada sobre el tema de las tetas de la Carbonero (esa me la apunto, ahí hay telita que cortar).



Pero visto que no, que tengo fuga de ideas, lo mejor que puedo hacer es irme a la cena de navidad de la empresa y desearos, de momento, feliz fin de semana (interesante también la entrada sobre cuándo empezar a decir y dejar de hacerlo las frases "Feliz Navidad" y "Feliz año").

Volveré, y espero que más centrado.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Seamos capaces.



Tengo la suerte de considerarme ciudadano del mundo. Le tengo cariño a España porque es el país donde vivo pero hace tiempo que cuando veo una competición me gusta que gane el que mejor lo hace, español o no, por eso no me importa tanto que no vayamos a ganar el próximo tres mil obstáculos femenino, aunque me preocupa que ya nada me hará pensar que la que gane esté limpia. Hay a quien le preocupa que España salga manchada de todo esto, a mí me preocupa la salud de los que se dopan y la enseñanza que le estamos dando a los niños que entran en el mundo del deporte.,

Tengo la suerte de entender que yo hago deporte para sentirme mejor con mi cuerpo, y que esa meta la conseguí el primer día que salí a correr, un dieciséis de marzo de dos mil nueve. Aquel día “corrí” cuatro kilómetros en unos veintisiete minutos y me pareció alucinante poder hacerlo. Ya he llegado a “correr” una maratón -más de diez veces aquello- y ni os cuento lo que me pareció conseguirlo. Hay quien quiere hacerlo más rápido. A mi me gustaría poder tener salud para hacerlo más veces y, quién sabe, quizá algún día hacerlo con mis hijos.

Tengo la suerte de creer saber cuándo estoy dando lo mejor de mí mismo y que eso me satisfaga sin necesidad de que sea mejor que lo de los demás, ojalá todos los que compiten en una prueba deportiva, realizan un trabajo, conviven con una familia… pudieran detectar también eso y eso fuese suficiente para premiarlos.




Ps:

Esto que pongo abajo lo vi con mi hija cuando ella tenía tres años y medio. Desde entonces sólo reconoce a dos deportistas en la tele, "en Rafel" (por Dios, no nos falles) y "na Marta" a la que estuvimos gritando durante toda la carrera. Tuve la suerte de que le cayera simpática porque su cinta era rosa, ya que ella tampoco se guía por nacionalidades. ¿Qué le cuento yo ahora?





(Dedicado a Pau Verd, inspirador de esta entrada).,

martes, 7 de diciembre de 2010

Tengo miedo.




Así empieza la letra de la canción a la que me recuerda el título de la entrada de hoy: Miedo, tengo miedo.

Será eso pues, que de verdad hay ciertas cosas que quiero hacer y no pienso dejar que el miedo, aunque sea mi carcelero, me impida hacerlas.

De verdad quiero viajar y ver mundo.

No soy un loco de los viajes, estoy muy bien en "la roqueta" (forma cariñosa que tienen los mallorquines de llamar a su isla) pero cuando se presente la oportunidad de salir no la quiero desperdiciar y, viviendo aquí, la única forma práctica de hacerlo es volando así que, aunque tengo bastante miedo a volar -sobre todo en el momento del despegue- no quiero dejar de hacerlo, o sea que tendré que superar ese miedo.

De verdad quiero seguir yendo en bici.

De momento lo que me gusta es correr pero lo que más me gusta de todo es hacer carreras, al menos una cada fin de semana, y a veces son duatlones y triatlones. Desde que me caí en el triatlón de Soller le he cogido mucho miedo a la bici, hasta el punto de sufrir de verdad en cualquier mínima bajada con la de montaña o cuando paso de los treinta kilómetros por hora en la de carretera, pero si quiero seguir compitiendo cada fin de semana tendré que superar ese miedo, y para ello no me queda otra que seguir acumulando kilómetros con la bici.

La ciencia no ha inventado, de momento, mejor tratamiento para las fobias que la exposición a la misma, así que lo dicho: a volar en avión y a conducir mi bici.

Lo de conducir un avión y volar en bici... lo dejamos para Ted Striker y Elliot

jueves, 2 de diciembre de 2010

Imponderable




Quizá me gustan demasiado los títulos con prefijos negativos al principio: inevitable, imponderable... bien, lo reconozco, creo que tienen fuerza, sí, me gustan, y aunque me he llevado una decepción con la definición de la palabra del diccionario de la RAE, al menos en la sinonimia sí encuentro el significado que le quiero dar a esta entrada que, a su vez, es una explicación y un lamento. Dichos sinónimos son: "contingencias, eventualidades", pues eso, esa es la causa de que últimamente no escriba casi y, lo que es peor, no tenga tiempo para leer la cantidad de blogs que sigo y que me encanta leer y comentar.

Dicha contingencia es que Esther, mi mujer, está embarazada de ocho meses y ya no da de sí con la niña y le tengo que echar más una mano, así que no sé qué será cuando nazca el otro...

En fin, aunque mi barra de tareas por un lado ha adelgazado un poco respecto a la del otro día, ha aumentado por otro, así que perdonad que os lea y participe menos. Seguiré intentándolo, porque me encanta, pero tras haber abandonado facebook y twitter (de forma voluntaria) parece que últimamente no puedo seguir ni strands ni el blogger... eso sí, con el foro de @tletas de baleares y el correo personal sigo, de momento.

martes, 23 de noviembre de 2010

A la altura de tus pies.



Podría hacerse en coche, o como mínimo en bicicleta, pero no sería lo mismo, no tendrías la sensación de que has sido tú, sólo tú, sin necesidad de elemento externo alguno, sólo con tu esfuerzo, el que te ha llevado a ver, a la altura de tus pies, los sitios por los que viajas.

Tienes que viajar, sí, y alojarte en algún sitio. Y si no vas de vacaciones, o si vas de vacaciones, pero con familia, habrá mil cosas que te mantendrán ocupado durante el día, por eso tienes que levantarte pronto, pero así ves la cosas al amanecer. Llevarán años allí, pero ese día las estrenas tú.



Y te ganas por sorpresa el regalo de ver Santa María del Naranjo (arriba) o San Miguel de Lillo (abajo).




Y llegas a la cima del monte Naranco y te abraza el Cristo de la cima y, por un momento, Oviedo entero visto desde allí es solo tuyo.



Y aunque sólo vayas a llegar a una ciudad para coger un vuelo, quizá esa mañana se celebre allí una carrera, quizá, con suerte, la más popular de dicha ciudad, y ya si nos ponemos, imagínate que te hacen una foto y te entrevistan porque vienes de muy lejos y andas por allí...

Foto y entrevista en el diario DEIA de Bilbao el día de la celebración de la Herri Krosa (carrera popular de diez kilómetros), ver página con el número 10.

Y te ganas el premio de ver Bilbao en menos de 47 minutos en una marea blanca de corredores populares, por fin ves San Mamés, y el Guggenheim, todo a tu ritmo. Te hace gracia escuchar el "epa", "apa", "aurrera" e  incluso un "enga aitá" entre corredores en vez del "ánimo" y el "vamos" acostumbrado.

Y aunque alguien no se lo pueda creer, casi no llovió.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Te cambia la vida.





La semana pasada fui dos veces a comprar al supermercado. Tenemos la suerte de vivir al lado de uno y poder hacer varias compras pequeñas a la semana. En otros tiempos vivíamos lejos y teníamos que ir a una gran superficie a hacer una gran compra cada quince días, es una opción que nos gusta menos, pero aquellas otras casas tenían otras ventajas.


 También acabé el entrenamiento para la maratón.


 Este fin de semana tocaba ir a Zaragoza. Hay que ir a ver a la familia, ya se sabe. Puesta al día, comentario con mi hermana de lo bien que seguimos viendo a mis padres, de cómo van nuestros hijos...


 Hice la maratón.


 Esta semana he vuelto a trabajar, aún quedaban pacientes de antes de irme y las mismas neuras de algunos compañeros, el jefe seguía ahí (gracias a Dios, la verdad es que me gusta mi jefe), por las tardes hemos hecho ya unos cuantos recados: ir a ver listas de admitidos para los cursos de nuestra hija, arreglar un par de puertas en casa...


 Hoy en la ferretería estaba puesto no sé qué canal de vídeos musicales, ponían ese de Shakira y Nadal



 Dicen que correr una maratón te convierte en un hombre diferente. No lo sé, puede, pero el mercadona, los pacientes, la ferreteria... siguen ahí. 


 Y Shakira sigue sin llamar.








lunes, 8 de noviembre de 2010

Inevitable





Qué pronto se acostumbra uno a lo bueno. Sólo hace tres años que pareces normal y ya te crees que realmente lo eres, hasta te piensas que puedes esquivar la emoción, permanecer frío, insensible.

 Hace tiempo que descubriste el placer de responder "sin novedad en el frente" cuando te preguntan por tu vida, a sabiendas de que ya sólo preguntan por tus hijos, tu trabajo y  tu afición: correr. Por eso cuando quieres ampliar un poco tu explicación esos son los tres apartados que nombras: la familia bien, el trabajo muy divertido (aquí haces una pausa y resaltas lo afortunado que eres de pasártelo haciendo algo por lo que, además, te pagan), y  "bueno, ya sabes, corriendo todo lo que puedo, que es poco y lento, pero me lo paso muy bien y me encanta la gente de ese ambiente".

 Por todo ello crees que servirá la táctica que has utilizado para no dejarte llevar por los nervios y la emoción al afrontar tu primera maratón, has decidido que parezca que estás un poco nervioso, incluso dejar que se asomen esos nervios cuando comentas la jugada y sale a relucir la palabra, pero te has concienciado de que en realidad lo que vas a intentar es correr durante cuarenta y dos kilómetros seguidos. Has suprimido de tu cabeza el término "maratón" y toda la carga sentimental, histórica y emocional que eso conlleva, así todo permanecerá en su sitio equilibrado y eso te permitirá correr, sonreír y no pensar, no recordar y, sobre todo, no rememorar.

Todo bajo control, has dormido toda la noche como un bebé. Te sorprende estar tan tranquilo: "Qué curioso -piensas- voy a intentar correr una distancia que no he corrido nunca y no me he acordado de ello en toda la noche, ni siquiera puse tres despertadores, ni recé un padre nuestro a las almas del purgatorio para que me despertaran en caso de que estos fallaran". Te has duchado. Habías planeado afeitarte, pero de puro "tranqui" y despreocupado al final no lo has hecho. La ropa es la de siempre para correr, con un poco más de abrigo, que ya refresca y esta carrera es en Zaragoza. Tu acompañante en esta aventura llega puntual, desayunáis y os vais para allá. La pirámide de copas de champán sigue reposando sobre la mesa sin el más mínimo tintineo ni la más mínima vibración, parece un roble centenario enraizado en mitad de un bosque... pero conforme te acercas al paseo de la Independencia, la calle de tu ciudad natal en la que más cosas pasan, en la que más cosas has vivido, por la que siempre es obligado transitar, vas viendo que, de nuevo, está ocupada por algo, y sabes muy bien por qué. Esta vez no es un concierto ni una manifestación, esta vez no vas de espectador. El arco de meta, las vallas, el cartel en el que está escrita la palabra bien grande... vas allí a correr tu primera MARATÓN. Y te das cuenta de que, sin querer, la palabra se ha escapado de la jaula que le habías fabricado en tu subconsciente y ha saltado a primera plana, y lo que es peor, ha dejado la puerta abierta y han salido todas esas cosas que hacía tres años estaban allí guardadas, con la máxima responsable a la cabeza... la enfermedad. Y la maratón y la enfermedad se miran extrañadas, y como son antítesis hay un amago de pelea, que se queda en amago porque la maratón, casi sin querer, ha aplastado a la enfermedad, y mientras asistes atónito a esa escena comienza a sonar en los altavoces del tinglado las primeras notas de Salir corriendo , y aunque intentas comentar lo bien escogida que está la canción para el momento ya no puedes porque no sale la voz, la respiración es demasiado rápida y el corazón martillea demasiado fuerte, hasta hacer daño, y con un gesto de disculpa, mientras agarras el brazo a tu acompañante... rompes a llorar.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Barra de tareas




Tengo que preparar una pequeña presentación que hago en el congreso nacional de medicina interna el tercer fin de semana de noviembre en Oviedo.

Tengo que acabar de preparar la segunda charla a la asociación de enfermos de crohn y colitis ulcerosa de Menorca que creía que daría este fin de semana pero que al final retrasamos a febrero.

Tengo que acabar mi plan de entrenamiento para la maratón que corro el fin de semana que viene en Zaragoza.

Tengo que repasar la charla que doy el sábado veinte de noviembre en Santander a la asociación de crohn y colitis ulcerosa de Cantabria.

Tengo que ver a mis pacientes, tengo que estar con mi familia, tengo que leer los blogs que sigo y el foro de @tletas de baleares, y quizá alguna cosa más.,

Tengo y quiero, y por eso tengo tiempo, porque quiero tenerlo.

No tengo, ni quiero, ver la tele, comprar "cosas", ni discutir con nadie. No tengo, ni quiero odiar nada, las energías las utilizaré en otras cosas.

Y si acaso, mientras me traslado entre un sitio y otro oiré la radio (me confieso fan de RNE 1 y RNE 5) y leeré un poco (tengo aún sin abrir "Vol de nit", de Saint Exupery, regalado por un buen amigo).

Tenía que escribiros algo en el blog, me apetecía porque me encanta cuando me contestáis.

Un día de estos reflexionaré sobre qué defecto o pecado cometo alimentándome de vosotros.

Perdonad este exabrupto.


miércoles, 27 de octubre de 2010

De boomerangs y cuervos




¿Saben aquel que diu…como se llama un boomerang que lo tiras y no vuelve?

Palo.

Es que hoy voy a hablar de boomerangs y me sé dos chistes sobre boomerangs y ya que estamos, los cuento (sí, son muy malos).

-         Pero oiga, que no estamos en Australia, ¿de qué me habla?
-         Que sí, hombre, que sí, metafóricos si quiere, pero fíjese: verá que usted tira a veces cosas al aire, pensando que son palos y le darán a otro y resulta que era un boomerang y te vuelve y te da en la cabeza.

Piensa en tu trabajo, yo con los años he aprendido a detectarlos y si no estoy muy seguro no los tiro, que sé que vuelven. Los elaboro mejor hasta que sé que son palos y si vuelven no me darán y no me harán daño. Seguro que en tu trabajo lanzas cosas. Si eres periodista lanzas reportajes, si eres entrenador lanzas gente a hacer pruebas deportivas, si eres policía lanzas gente a la carcel o a la libertad, puedes lanzar informes, casos, información, ventas… lanzas cosas.

Te habrás dado cuenta de que a veces no lo haces bien y lanzas algo con serias dudas de si lo has tirado donde debes, o como debes o… no lo sabes, pero dudas. Ese es un boomerang, seguramente tu duda es una premonición y ese caso, ese informe, esa informacion, esa venta… tarde o temprano vuelve y te da en la cabeza porque no estaba bien hecha.

Cria cuervos y te sacarán los ojos.

Yo no estoy criando un cuervo, estoy criando un boomerang. Supongo que os pasará a muchos padres, pero cuando un niño te repite una frase que tú has utilizado para educarlo no te queda más remedio que hacer lo que te dice. Las enseñanzas que tenemos por buenas para educar a nuestros hijos son boomerangs, y está bien que lo sean. Hace tiempo que no puedo rendirme de nada a la primera y que no puedo dejar nada de comida en el plato…

¿Sabéis cuál es el problema de comprar un boomerang nuevo? Que cómo demonios te deshaces del viejo.,


domingo, 17 de octubre de 2010

Va por usted.




Hay quien dice que los viajes no comienzan cuando llegas al destino sino cuando empiezas a prepararlo, y yo le doy la razón, y añado que donde yo vivo las carreras empiezan cuando el moderador de nuestro foro las anuncia como tema.

Hay quien dice que en la crónica de una carrera no hay que hablar de tiempos, y yo le doy la razón así que no lo haré, pero si diré que para afrontar una maratón el mejor ánimo que puedes tener es haber batido consecutivamente en dos semanas, y a tres de su celebración, tus marcas personales en diez kilómetros y media maratón.

Hay quien decía en los ochenta: "Solo no puedes, con amigos sí", y yo le doy la razón, de qué si no haber logrado lo que acabo de contar y atreverme con la distancia de Filípides.

Hay quien dice que en una crónica deportiva tienes que buscar el elemento diferenciador de tu carrera con la de los demás, que hablar de sensaciones, kilómetros y tiempos no le interesa ni a tu esposa, ni a tu madre siquiera, ese que lo dice es un marchador medio loco y gruñón que también es periodista y por algo lo es, el azote de los recortadores, el del humor inglés, y en eso que dice le doy la razón. Pues bien, ese loco marchador, además, hoy me ha escrito la crónica: cuando lo hemos adelantado, el grupo que íbamos hemos bromeado en alto para que lo oyeran todos los que nos rodeaban diciendo que a ese barbudo de naranja le habíamos visto recortar en todas las esquinas y él, como respuesta, se ha bajado los pantalones. Ese ha sido, sin duda, el elemento diferenciador de mi carrera de hoy.

Gracias Bernardo. Va por usted, maestro.

martes, 12 de octubre de 2010

Cosas de la edad




Hoy no he salido a correr, he salido a prácticar una actividad mucho más agotadora: ir a la ofrenda de flores a la Virgen del Pilar con toda mi familia vestidos con el traje regional y... (redoble de tambor), lloviendo. Tras una hora de espera para salir y otra hora de lento peregrinar hasta llegar a la Virgen hemos pasado a la siguiente tradición, la que más me gusta a mí: tomar unas tapas y unas cañas en el bar de todos los años.

(Toque didáctico regional:
Bar El Verrugón: Lo que da el nombre al bar es uno de los cabezudos de Zaragoza.
Tapa recomendada: Madejas, no os vayáis sin probarlas si venís por aquí
Cerveza, la de aquí: Ambar la Zaragozana).

El pensamiento de hoy lo he hecho ya en el bar, así que ni a seis ni a cuarenta (ritmo apróximado que llevábamos con las flores en una mano y el paraguas en la otra camino a la Virgen), el pensamiento de hoy ha sido un pensamiento parado, adecuado a la realidad laboral de los tiempos.

He llegado al bar con ansia de caña y tapa y entre mi padre y yo hemos pedido lo de todos. Hasta que no estaban todos servidos no he dado el primer trago a mi caña, y hasta que no habían comido todos algo y se encontraban tranquilos, no he dado mi primer bocado. He estado pendiente de que comiese mi hija, mi sobrino, mi mujer embarazada, mi cansada madre, mi hermana y, antes de pensar otra cosa, he estado pendiente de que el que está pendiente de los demás en estas ocasiones, mi padre, estuviera a gusto, pero no lo estaba, el vino que había pedido le parecía que estaba "bastante malo", así que, como yo no entiendo casi de vino pero no me disgusta, se lo he cambiado por mi caña.

Después de todo esto y de pedir una segunda ronda (en la que, ya sí, me ha tocado caña) creo que he conseguido comer un segundo bocado.

He hablado con mi padre de muchas cosas, y he tenido el placer y el honor de "casiemborracharme" con él. No he saciado mi hambre de tapas ni mi sed de cañas pero, pese a que era más fácil ser un niño, sentarse al llegar al bar y esperar a que me pusieran mi croqueta y mi cocacola y comérmela tranquilo, ha merecido la pena.

Cosas de la edad.


jueves, 7 de octubre de 2010

Creo que no soy sospechoso.



 Creo que no soy sospechoso de ser radical sin sentido en el tema de los idiomas. Los que me conocéis sabéis que pienso que los idiomas, la lengua, el habla, se inventaron para entenderse. Joder, qué tontería, qué cosa más de perogrullo, pues claro, para qué si no. No lo sé, hijos, y cada vez lo sé menos viendo la cantidad de gente que los utiliza para lo contrario, para desentenderse, o para que te entiendan sólo algunos.

 Vivo en Mallorca, comunidad autónoma española con dos idiomas oficiales: el castellano y el catalán. Por mi trabajo he de tratar con mucha gente que se expresa mejor en mallorquín, y aunque no fuera así entiendo que la gente de aquí prefiere expresarse en el idioma propio de su tierra y que yo debo hacer lo posible por entenderles y por hablarlo, ya que además creo que es bueno aprender cuanto más mejor, y cuanto más útil mejor y a mí me es muy útil hablar el idioma de aquí, porque vivo aquí y, dadas mis circunstancias me es más útil que el inglés, por ejemplo. Así que, después de tres años ya he conseguido que alguna persona se sorprenda al enterarse de que no, no soy mallorquín, he conseguido que, bromeando con mi familia mallorquina, un día mi suegro se pusiera serio y solemnemente dijera bien alto para que lo oyeran todos: "Tu no ets foraster" ("Tu no eres forastero", frase con un significado mucho más profundo del que pueda parecer a alguien que no sepa la connotación de dicha palabra aquí en Mallorca), y he conseguido que un amigo que podría definir como "muy catalanista" me dijera que yo soy más mallorquín que muchos nacidos realmente aquí.

 Y una vez presentado mi currículo diré que me parece una tontada sublime que, en una rueda de prensa de la selección española de fútbol un periodista pida ¡en castellano! (demostrando que sabe hablar dicho idioma) a un jugador que le conteste en catalán, porque las preguntas y respuestas que se hacen en rueda de prensa las utilizan todos los periodistas y haciendo eso lo único que consigues es poner trabas al buen entendimiento de todo el mundo, lo cual, según mi -al parecer- estúpida teoría, es lo contrario del objetivo para el cual se inventaron el habla, la lengua y los idiomas.,




martes, 5 de octubre de 2010

Aprovechemos la crisis.



 Hoy corría con la radio puesta y durante el rato final de estiramientos -momento de aterrizaje en este mundo en el que empiezo a enterarme de algo de lo que oigo- entrevistaban a un político. A cada pregunta que le hacían contestaba con alguna introducción/latiguillo. Las iba variando, lo cual he agradecido porque los hay que no se salen del "Mire usted". Este ha utilizado también el más sucinto "mire", y el "la verdad es que". De estas introducciones hay para aburrir (de hecho aburren): "pues no le voy a engañar", "vamos a ver"... aunque el preferido de los políticos es el enervante y ya mentado "Mire usted". Argh. Lo siento, pero es que yo no puedo evitar escuchar cuando la gente habla, y me saca bastante de mis casillas que nuestros representantes digan tanta tontería en general y tanto sinsentido al inicio de las frases en particular. Que mire ¿qué?, ¿que no me vas a engañar?, me da mal rollo que me lo avises (excusatio non petita...). En fin.

 Y digo yo que podíamos aprovechar y ya que con la crisis estamos todos en plan ahorrativo, podríamos aplicarlo también a la economía del lenguaje y abandonar estos horrorosos latiguillos. ¡Con lo que transmite un silencio ponderativo antes de contestar una pregunta!: aumenta la importancia de la misma al dejarla flotar unos segundos, con lo cual transmitimos respeto al preguntador, refleja templanza al no precipitarnos a contestar e inteligencia al saber rumiar para que no parezca que contestamos cualquier tontería y, sobre todo, si pasamos directamente a la respuesta, da lo que pide sin ambages, con lo difícil que es conseguir eso en esta vida y lo poco que cuesta hacerlo en este caso.

 Una sugerencia es que (sólo a los políticos), hagamos como en la orgía-fondue de queso de "Asterix en Helvecia" cuando se caía el pan a la olla: por cada latiguillo, latigazos.

lunes, 4 de octubre de 2010

Correr para olvidar




 Al final va a parecer que este blog está hecho con el fin de convencer a alguien para empezar a correr.

 El caso es que es una pena que el ejercicio físico nos haga pagar el precio de la pereza y los dolores de las primeras semanas, porque es el mejor ansiolítico del mundo y, como todo ansiolítico, usado en dosis acertadas durante cierto tiempo, antidepresivo.

 No es la primera vez que, a la pereza propia de salir a correr tras un cansado día de trabajo y de familia, o nada más levantarme muy de mañana, se une un momento psíquico delicado, en el que estoy rumiando problemas a los que no encuentro solución y me desesperan. Pese a todo consigo salir. Soy muy disciplinado y me hace ilusión hacer ciertas pruebas y superar ciertas marcas, y para eso se necesita entrenar. Salgo entonces y corro. Entre cuarenta y cinco minutos y una hora y cuarto. Y cuando llego me doy cuenta de que los problemas siguen ahí, sigo sin encontrarles solución, pero ya no me agobian tanto, se han alejado un poco por lo que los veo con más perspectiva, y más pequeños, y menos importantes, y menos oscuros, y más vanales.

 A veces corro con música, otras con la radio, otras sin nada, pero el efecto es el mismo. Me voy de casa y me voy del mundo. Ese alejamiento debe ser algo parecido a lo que se busca con el yoga o la relajación, dejar la mente en blanco, irse para volver, algo parecido al movimiento que hace el sabio fotógrafo con la mano sobre el objetivo de la cámara, desenfoca la imagen hasta prácticamente borrarla para, acto seguido, enfocarla de forma correcta, consiguiendo ver el verdadero color de la escena, los detalles que parecían sin importancia, la sonrisa escondida, el secreto de la foto, de la vida.

 ¿Corro para olvidar? Sí, para olvidar el excesivo y artificial agobio de esta vida demasiado rápida y, la verdad, lo consigo.,

jueves, 23 de septiembre de 2010

Deporte y solidaridad a base de contagiar sonrisas.




 Porque algo ha hecho que se asocie deporte y solidaridad y, en Mallorca, no se para de organizar eventos solidarios con la excusa del deporte, o eventos deportivos con la razón de la solidaridad, valgan (que valen) las dos.

 Porque hay un grupo de personas que ejerce de motor y sonríen mucho, y te enganchas a ellos. Pocas cosas tan adictivas como una persona sonriente, tienes ganas de estar con ella y, si es un grupo de personas sonrientes, en muy poco tiempo estás perdido, querrás seguirlos todo lo que puedas, y si encima, con lo que te proponen, pretenden (y consiguen) multiplicar sonrisas, aun atrae más.

 He visto contagiar sonrisas entre deportistas por estar haciendo algo con buen fin para la esclerosis múltiple, para pueblos argentinos del Paraná, para escuelas de sordos en India... este fin de semana toca para la fibrosis quística.

 Y sé de un enfermo de una enfermedad crónica inflamatoria intestinal que no para de sonreír con vosotros.

 Gracias.

 Mas info:

http://bit.ly/aM4Nba
http://bit.ly/bqvGHg

lunes, 20 de septiembre de 2010

Capacidades (¿in?)finitas.




Hola:

 Creo que la capacidad de sufrimiento y superación, así como la capacidad de goce y placer (tal como dicen del amor) son capacidades infinitas, es más, seguramente (de nuevo como el amor) son de esas cosas que, cuanto más las forzamos, más aumentan, y en modo exponencial, de forma que nunca nos acercamos siquiera a ver de cerca su límite.

...


 ¿O no?



  Intentando no enrollarme en temas personales planteo una situación: cuando empecé a correr tenía muy cercana toda una vida de sufrimiento y superación (no tiene gran mérito, no me quedó otro remedio), y conservaba por tanto una gran capacidad de ello. Encajaba muy bien el "sufrimiento" de las carreras beneficiándome muchísimo del placer posterior a ellas.

 Conforme he ido mejorando de salud y entrenando, he ido disfrutando, al mismo tiempo, mucho más de la vida y aumentando (no os imagináis cuánto) mi capacidad de gozar. Esta situación ha desembocado en que tengo la sensación de tener mucha menos fuerza de voluntad o ganas de sufrir en una carrera, hasta el punto de que, si no hubiera sido porque pertenecía a un equipo, seguramente hubiera abandonado mi última media maratón.

 Sufrir en las carreras es una manera de procurarnos placer. Pasas dos horas (en mi caso) horrorosas corriendo una media maratón porque la sensación que te queda después es muy placentera durante más rato. Esa es la teoría y, en mi caso, hasta ahora, se cumplía, pero últimamente ya no.

 ¿Algo no funciona en mi cabeza?, ¿Me he quemado?, ¿Toca descansar?

 ¿O es que mi capacidad de sufrimiento es finita y ya sólo me queda la reserva y mi cuerpo la guarda para la próxima cornada de la vida o la enfermedad?

 ¿O es que mi cuerpo o mi mente prefieren dedicarse ya sólo a cultivar mi capacidad de goce y placer por métodos más... instantáneos y hedonistas?

 ¿Os ha pasado alguna vez algo parecido?, ¿Algún psicólogo (barato) en la sala?, ¿Algún ácido marchador que con un dardo afilado me saque de mi tontería o, al menos, me arranque una sonrisa?

 Prometo que es la penúltima vez que utilizo mi blog como terapia.

sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Eres sordo o eres tonto?





Vaya paradoja, seguro que todos los sordos NO han oído esa frase nunca... porque son sordos, pero seguramente se la han dicho muchas veces. "Suerte" que no oyen una frase tan desagradable, aunque seguro que preferirían oírla, otra paradoja.

Supongo que no es difícil imaginar una parte de los problemas que puede tener una persona sorda, pero quizá sí cuánta parte nos dejamos, ¿nos damos cuenta cuán fuera del mundo de los oyentes se puede llegar a sentir una persona sorda? Seguramente no. ¿Cuántas barreras más tienen?

Quizá no sea mala idea dejar que alguien que está plenamente empeñado en romperlas nos lo cuente, y cómo, de hecho, él las rompe a diario y hace cosas que la mayoría de los oyentes ni soñaríamos.

Aprendamos lecciones de superación de los catedráticos en ella. Primera clase en Bunyola, el 15 de noviembre.

Día 15 de Septiembre a las 20h Bunyola
José Luis Garcia Ginard
Movil: 659300485 ( Sólo Mensajes )
E-Mail: rutasdelsilencio@gmail.com
Web: http://www.rutasdelsilencio.com




Además, el día 19 de Septiembre:


MARCHA CICLO-SOLIDARIA-RUTAS DEL SILENCIO
DíA MUNDIAL DE LAS PERSONAS SORDAS
19 de Septiembre de 2010
Marcha ciclo-solidaria a beneficio de Anantapur (India). Fundación Vicente Ferrer. Recaudar fondos para ayudar a la escuela de niños sordos en Kuderu (India).  
El objetivo de esta marcha no es competitivo, se trata de una acción de sensibilización social y de solidaridad con personas que luchan por la eliminación de las barreras de comunicación, la igualdad de oportunidades y la difusión de la lengua de signos






martes, 7 de septiembre de 2010

Porque así soy mejor.




Un día decides que vas a mejorar algo en tu trabajo, vas a introducir algún elemento nuevo que piensas que redundará en tu beneficio, el de la empresa, el de los compañeros... al principio cuesta, estás acostumbrado a hacer las cosas de cierta manera y este nuevo invento parece retrasar las cosas, requiere de un esfuerzo adicional y tarda en ser positivo, pero tú estás convencido de que lo será. Tras un tiempo y repetidos esfuerzos lo empiezas a automatizar, ya no te quita tiempo, y finalmente tenías razón, haces el mismo trabajo en menos tiempo, o más trabajo en el mismo tiempo, y lo haces mejor. Estás satisfecho, mucho, te ha gustado la experiencia y no puedes por menos que intentar seguir haciendo cosas parecidas para mejorar.

Un día te haces consciente de que alguien de tu familia, o tu familia en general, o un amigo, son una parte de tu vida a la que no le estás prestando la atención que merece, decides que no puede ser, no puedes seguir así, merecen más de tu tiempo y un tiempo mejor. Al principio no sabes cómo hacerlo, tienes el tiempo muy ajustado y el poco que les dedicas se te hace muy difícil que sea "de calidad" porque estás cansado y agobiado por otras cosas, pero la determinación está tomada. Quitas un poco de tiempo al sueño, reduces ordenador, televisión... y con mucho esfuerzo finalmente agrandas su hueco y lo haces más confortable. Te sientes realizado, has hecho algo bueno.

Seguramente al principio tenías serias dudas de que el sacrificio mereciera la pena, estabas casi seguro de que abandonarías a mitad del intento, no estaba nada claro que fuera beneficioso, pero tras un tiempo has llegado a hacer algo de lo que no te creías capaz, que te ha dado mucho más de lo que esperabas y ha aumentado mucho tu valoración de ti mismo al ver que estás haciendo cosas que jamás creías que pudieras.

De esto hablo yo cuando hablo de correr, o de ser capaz de mantener el gesto de ir corriendo durante una hora, aunque sólo hagas diez kilómetros (pensamientos a seis), o aun más lento, pero de mantener ese esfuerzo y ver que tu cuerpo puede, y disfrutar del placer de beber de verdad con sed, de ducharte cansado, de dormir de nuevo como un niño, de contarlo, de sentir que sí, que puedes. De mirar atrás y pensar que el camino, aunque hayas sufrido algo, ha merecido la pena porque ahora ya sólo te rinde beneficios.

Sé que intentar explicar por qué perdemos unas seis horas (o más, o menos) a la semana "corriendo" para no ir a ninguna parte a los que no lo entienden es fútil, pero hoy, mientras corría con una amiga, otra loca de esto (Gracias Ascen, por tu compañía hoy y por haber adaptado tu ritmo a mi parsimoniosa cadencia) se me ha ocurrido que podía ser paralelo a otras cosas, quizás dicho así alguien sea capaz de entenderlo.

Seguramente no.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Deportistas como cabras. Solidarios como nadie. Baleares Solidaria.



No os descubro nada si os digo que, cuando te metes un poco en este mundo del deporte, del atletismo, del triatlón, de las carreras de montaña... te encuentras con gente que está muy mal de la cabeza. Probablemente todos lo estamos. Recuerdo cuando me parecía una machada jugar un partido de padel y veía los que corrían cuatro kilómetros y pensaba que debían estar locos. Ahora estoy preparando mi primera maratón entera (después de siete medias y dos más que me quedan hasta hacerla).

Bueno, pues hay gente que ya se pasa, que intenta batir el record de correr en cinta durante 24 horas, como Toni Contestí, o hace Ironmans (3.9 km nadando, 180 en bici y 42 corriendo). Pero hay alguno de estos que tiene una peculiaridad, aplican su locura para intentar que gente con problemas saque provecho de ella. Toni  Contestí lo hizo para dar a conocer el problema de la Esclerosis Múltiple colaborando con ABDEM (Asociación Balear de dicha enfermedad), y José Manuel López Martínez, con su proyecto "Baleares Solidaria" va a donar la recaudación que recoja para ayudar a la población del delta del río Paraná, Argentina que sufre desde años atrás grandes deficiencias de educación, alimentación, sanidad y pobreza en general, debido a su enclave geográfico.

El loco (maravilloso loco) de José Manuel (Pepelolo), se va a cascar lo siguiente:

  •       Recorrido de Menorca en bicicleta de Mahón a Cap D'Artrutx.
  •       Menorca- Mallorca a nado. Cap D'Artrutx a Cala Ratjada.
  •       Mallorca corriendo desde Cala Ratjada a Santa Ponça.
  •       Mallorca a Ibiza en piragua.
  •       Ibiza corriendo hasta Ses Salines.
  •       Ibiza- Formentera nadando.
  •       Formentera corriendo.
Nos ha pedido a sus amigos que le acompañemos a tramos, a ver si puedo ir un ratillo, pero lo importante de este tema es poder colaborar en la causa. Para más información, aquí:

http://bit.ly/9i4DlR





                                      Están locos estos deportistas.

martes, 17 de agosto de 2010

Crónica de una caída (XII) [Las curas]. Punto final.






Una vez con la cura inicial hecha y el litro entero de suero salino pasado (una bolsa de suero normal tiene 500 ml, aunque también las hay de un litro) me siento más tranquilo. Había pasado dos momentos de mareo intenso y sensación de irme a desmayar, pero sé perfectamente que la única razón que me ha llevado a ellos son los nervios pensando lo que me podía pasar en algún momento, haber perdido demasiado volumen, haberme roto el codo... aunque ahora sé que exageraba en los momentos de nervios ser médico no ayuda nada, todo lo contrario, sabes qué es lo peor y, por supuesto, te pones en ello.

Como todo se ha ido posando llamo a mi mujer, me viene a buscar con mi cuñado, volvemos a la playa, la organización, ¡¡perfecta!!, me había guardado todo juntito, estaban a punto de irse pero en cuanto me ven llegar (ahora con un par de vendas pero todavía todos los roces en carne viva, el tritraje bajado y sin camiseta) me reconocen: "eres el 373 (mi dorsal), ¿verdad? ", era claramente una pregunta retórica, "aquí está lo tuyo". Veo el sillín de la bici destrozado por la parte derecha, no evalúo más, me preocupa poco. Recupero mis pertenencias (menos el casco, que se quedó en la primera ambulancia, pero de todas maneras, y aunque esta caída no ha tocado cabeza, ya había pensado cambiarlo después de la caída en PortoCristo, mucho más leve que esta pero que sí la tocó) y tras llegar a nuestro coche y colocar la bici en su sitio ayudados por un triatleta que todavía estaba por allí (entre mi mujer embarazada y yo lisiado... menos mal que pasó este chico), me monto en el coche, conecto el teléfono a internet y mando mi primer mensaje al foro de @tletas de Baleares: "Muchos raspazos pero estoy bien".

Luego en el hospital me duche frotando bien las heridas en carne viva (aunque a día de hoy, cuatro días después, siguen saliendo piedrecitas incrustadas) para intentar evitar lo máximo posible la infección, y allí sí que estuvieron más de una hora curando heridas, cuatro de ellas (las dos manos, el codo, y una en el costado) todavía las tengo que llevar tapadas con crema antibiótica y regenerativa, me las curan cada dos días (perdiendo todavía más de una hora en el proceso cada vez), ah, y los puntos en el codo. Estoy tomando antibiótico vía oral para ayudar a mi cuerpo a luchar contra todos los bichitos que tienen tantas puertas abiertas, sobre todo preocupa la de la articulación, que es la más profunda, y si entra ahí... a ver cómo lo matas (hay sitios en el cuerpo donde los antibióticos llegan mal, como los huesos o las articulaciones).

Y esto es el final. Acabé de escribirlo el día 29 de Julio. Me ha surgido alguna reflexión más en el tiempo, pero no la he escrito (de nada) así que se quedaron en el limbo, espero que a alguien le haya servido de algo (si es que alguien lo ha leído entero).

miércoles, 11 de agosto de 2010

Crónica de una caída (XI) [Sueros]





Tema sueros:

Simplificando muchísimo los más usados son dos, el suero salino fisiológico y el suero glucosado.

El suero glucosado es agua con azucar, es el que pones cuando piensas que alguien puede tener una hipoglucemia, así que... a no ser que el corredor sea diabético y tengas pistas para pensar que puede haberse pasado con la insulina más el ejercicio, en principio no está indicado. Un corredor no diabético que no ha desayunado y ha hecho mucho ejercicio, así y todo, si se pone malo, se marea y está a punto de sincoparse, o incluso lo hace, raramente será porque tenga el azucar bajo, y en todo caso se puede poner un suero glucosado, pero yo lo pondría al mismo tiempo que el otro. Del suero glucosado, aunque lo pongas en la vena, no se queda nada de volumen en los vasos (las tuberías, las venas y arterias), es agua con azucar, comida para las células, así que todo lo que entra en la vena, va a las células para que estas coman, pero estos mareos son más temas de fontanería (de que haya suficiente presión como para que llegue sangre al cerebro), como he explicado antes, y metiendo a la vena un líquido, que según entra, sale, no solucionamos nada.

El suero salino fisiológico es el otro suero, el que yo pondría "a chorro" siempre a un corredor que llega mareado, a no ser, repito, que sea diabético. Este suero, como su propio nombre indica, es agua con sal a concentración "fisiológica", es decir, tiene la misma concentración de cloro y de sodio que el que tiene el suero (la parte líquida de la sangre), y con este suero sí rellenamos las tuberías, y por tanto sí subimos la presión en las mismas, y por tanto, antes conseguimos que llegue más sangre al cerebro y mejoramos todos los mecanismos que se han disparado y no van bien y nos pueden poner en shock hipovolémico (o sea, chocados por falta de volumen). De acuerdo si se quiere en mirar la glucemia (con el aparatito ese que te pincha un dedo y mira cuánto azucar tienes en la sangre) y si está justito poner un suero glucosado, pero al mismo tiempo que pones a chorro un suero salino fisiológico.  

Crónica de una caída (X) [Parir una piedra]




Relativamente limpio (muy relativamente, pero al menos ya había visto dónde estaban los puntos de sangrado) y taponado, había que hacer una evaluación más profunda, aunque la verdad, cuando llegamos a la zona de detrás de boxes y me dijeron que me tenían que pasar a la otra ambulancia para que me llevase al PAC dudé, lo que quería era limpiarme del todo (pensé en el mar y en las duchas de boxes) para quitar la mierda -que se me había clavado hasta las entrañas- lo mejor posible, y les dije que no, que me limpiaría y luego ya veríamos, pero tanto la cara de: "¿pero a dónde vas a ir con esa pinta?" como con la frase: "Allí hay médicos, te atenderán mejor", acertaron, pensé, demonios, alguien me tiene que ver la articulación del codo, que está abierta, y entre que el codo ya es difícil verlo normalmente, y que yo casi no lo podía mover (en ese momento, en caliente, aun lo movía un poco, pero empezaba a preocuparme el super biceps que se me veía fruto de la contractura refleja al golpe), accedí a que me llevaran.

El segundo viaje en ambulancia se me hizo largo, me dijeron que el PAC estaba cerca, y seguro que estaba al lado, pero empezaron a aparecer más fantasmas, el codo ya se movía muy poco, el biceps totalmente contracturado... joder, si me he roto el codo es cirugía seguro, y es una articulación muy delicada, se despertará el demonio de mis tripas y adiós... quería llegar cuanto antes, que me dijeran que no tenía nada y que pasara la pesadilla. También me preocupó que me pidieron un teléfono de contacto, y yo no quería que llamaran a mi mujer, se hubiese muerto del susto, así que se lo di a regañadientes y haciéndole prometer que no llamarían a no ser que yo dijese que lo hicieran (evidentemente no llamaron, pero yo tenía miedo y seguía sin pensar con claridad).

Llego al PAC, soy más consciente aún de la pinta que debo tener por como me hacen pasillo los de la ambulancia abriéndome puertas, la administrativo levantándose de su sitio y pasándome directamente a la sala de curas y los pacientes no protestando porque me pasaran primero (sobre todo para esto último hace falta tener muy mala pinta), eso, evidentemente no ayuda, da miedo.

El médico también se levanta de inmediato cuando me ve, dejando al paciente que estaba viendo en ese momento con la palabra en la boca, el paciente se da la vuelta, me ve, y... tampoco protesta... mal rollo. El médico me pregunta como estoy, le digo que soy médico creyendo que le tranquilizaría, enseguida me di cuenta de que, dado como solemos actuar los médicos cuando somos pacientes y la mayor carga de presión al tratar a un "compañero", en realidad era más motivo de susto que otra cosa, pero ya estaba dicho. Le digo que estoy bien, que creo que sólo tengo rasguños pero me preocupa la herida abierta a articulación del codo y el hecho de que cada vez lo muevo menos, mira los rasguños, pasa de ellos de momento (bien hecho), mira el codo, no me gusta su cara: "bueno, de momento tenemos un cuerpo extraño ahí dentro", mierda, con mucho dolor consigo rotar un poco y, efectivamente, hay una piedra dentro de la herida -joder, vaya herida tengo en el codo-, "voy a buscar el material para sacarla"... y mientras se da la vuelta pienso que a mí tener piedras no me mola, ni en el riñón, ni en la vesícula, ni... en el codo, así que, cual subnormal toquiteo por detrás y la expulso. Clic, clic, clic... resuena en el suelo. "Ya no lo tenemos", anuncio triunfante tras el parto al médico al que ni siquiera le había dado tiempo de abrir un cajón. Se da la vuelta y, con su cara y su gesto me hace darme cuenta de que mi actuación estelar sobraba. Perdón, le digo, tienes razón, han sido los nervios. Gesto de disculpa y de comprensión. En ese momento me doy cuenta de lo que os decía antes y se lo confieso: "Sí, ya lo sé, tener un paciente medico, o... enfermera (volviéndome hacia ella), son un coñazo".

En el PAC, y de urgencias, me hacen sólo lo gordo, además, como saben que luego voy a ir al hospital se despreocupan de lavarme del todo y con limpiarme las tres heridas gordas y profundas del codo se quedan contento. Me ponen la antitetánica (premonitorio que la semana anterior había comentado con la enfermera de salud laboral del hospital que me tocaba la de recuerdo) y me preguntan cómo iba de hidratado (por lo que os he contado antes). Les digo que creo que bien, pero que si me ponen un par de sueros salinos fisiológicos me quedo más tranquilo.

Tema sueros:...


(Continuará...)

lunes, 9 de agosto de 2010

Crónica de una caída (IX) [¿Tumbado o sentado?]









 Por todo esto, al ver que seguía sangrando poco a poco pero de forma constante empecé a pensar un poco más fríamente, y me di cuenta de que igual podía llegar el momento de que, entre el calor, que la adrenalina ya iba bajando poco a poco, el cansancio, la leve deshidratación que llevaba por mucho que hubiera bebido mientras iba en la bici, y la pérdida de sangre que igual había subestimado, me podía marear, este momento coincidió con el sonido de la ambulancia que venía buscándome ¡bravo por protección civil que no me hizo caso cuando dije que estaba bien y que bajaba andando! entonces pararon a mi lado y "me dejé hacer", y lo entrecomillo porque todavía no me dejé hacer del todo, seguía enfadado (tonto, tonto, tonto) y les dije que estaba bien, que sólo necesitaba que me cortaran las pulseras y que me ayudaran a limpiar un poco toda la sangre para encontrar los puntos de sangrado y presionarlos, así lo hicieron, gordos sólo tenía tres, limpiamos con suero, y pusimos gasas limpias y me presioné yo mismo (los de las palmas delas manos con los dedos y el codo con la mano izquierda), me dejé bajar en ambulancia porque me di cuenta de la pinta que llevaba y de que lo que me quedaba por bajar (la curva cerrada del principio), era peligrosa hacerla andando y más en mi estado (iba cegado).

Otro error: no me dejé tumbar en ningún momento pese a que insistieron, estaba más cómodo sentado, pero no está mal tumbarse. Esa presión dentro de las tuberías de nuestro cuerpo la mete el corazón latiendo, si facilitamos la tarea a la sangre de llegar hasta la cabeza poniéndola a la misma altura que el corazón (tumbados), en caso de que haya sangre justita, llega más fácil a la cabeza que si tiene que subir hasta la cabeza porque estamos incorporados. Si además de tumbarnos ponemos las piernas en alto facilitamos el retorno de la sangre que va hasta allí y es más difícil que la cabeza se quede sin irrigación y, por tanto, nos mareemos.

Relativamente limpio...

(Continuará)

(Ya sólo quedan cuatro o cinco capítulos. Interesantes, lo prometo).  

sábado, 7 de agosto de 2010

Crónica de una caída (VIII) [La importancia de la hidratación].







...cuando el paciente es uno mismo el raciocinio desaparece y siempre vale más pasarse de cauto, y ese papel lo hacen de puta madre los de protección civil, ¿por qué?, porque saben lo básico si es que saben algo y no quieren tener sobre sus conciencias nada que salga mal, así que lo normal será que llamen a la ambulancia y que te lleven al PAC o al hospital, según lo vean, porque, como era el caso, no había médico en la prueba. O sea, que si estás nervioso, que será lo normal, seas quien seas, si dicen que te quedes quieto que llaman a la ambulancia, ¡táte quieto, coño!, si dicen que te llevan al PAC, ¡que te lleven!

Respecto a los de las asistencias: hicieron bien lo que tenían que hacer (cuando les dejé), nada roto, sangre taponada, pues al PAC.

Reflexión interesante sobre el sangrado: la importancia de hidratarse bien.

Ya he comentado un poco más arriba que hubo un momento en el que me aparecieron los fantasmas, fue cuando, después del cabreo y de decidir bajar andando por mi cuenta a la línea de meta, tras unos ¿doscientos... quinientos?... metros andando de bajada, me di cuenta de que había algo en el brazo que no paraba de sangrar. Evidentemente era venoso superficial, babeaba y no tanto, así que tampoco podía estar perdiendo mucho, pero entonces pensé... hombre, voy bien hidratado..., ¿o no tanto?

La sangre es agua, como el 85% de nuestro cuerpo, es roja porque las células más numerosas son los hematíes, o glóbulos rojos, que le dan color, estos son brillantes cuando van cargados de oxígeno y no tanto cuando llevan menos (y eso explica la diferencia de color vena-arteria), el caso es que la sangre es el líquido que rellena las tuberías (venas y arterias) de nuestro cuerpo, y ese es uno de los factores que determinan la mal llamada "tensión" arterial, lo correcto es "presión". Como expliqué en una entrada en mi blog, es pura fontanería, si tú metes mucha agua en las tuberías, hay mucha presión dentro de las mismas, cuando hay menos agua, menos presión. Pues en el cuerpo igual, así que no es lo mismo sangrar un litro de sangre estando perfectamente hidratado que, aunque sea, ligeramente deshidratado, porque si estás deshidratado ya partes de tener menos sangre dentro de las tuberías, por tanto la presión baja más rápido, y por tanto pueden aparecer antes el mareo y la pérdida de consciencia (que no es otra cosa que la menor llegada de sangre al cerebro por falta de presión dentro de las tuberías).

Por todo esto, al ver que seguía sangrando poco a poco pero de forma constante...


(Continuará...)

jueves, 5 de agosto de 2010

Crónica de una caída (VII) [Táte quieto].





 Si, como fue mi caso, sangras "bastante" pero son venillas superficiales, en principio tienes tiempo de limpiar un poco antes con suero y gasas estériles (o no tanto), buscar los puntos exactos de sangrado (tal como iba yo de sangre por todo el brazo me costó un rato encontrarlos) y taponar con gasas. Corta las pulseras que lleves por mucho cariño que les tengas (sí, os lo podéis creer, las corte todas), y en caso de que lleves alianza, quítatela rápido si no quieres que te la acaben cortando también, por si acaso.

Una vez evaluado el sangrado (lo primero) y la movilización de las articulaciones (esto por curiosidad, más que nada), puede que creas que no te has hecho nada, puede que te estés cagando en todo por lo bien que ibas y la ilusión que te hacía acabar la prueba un año más, pero por Dios, no hagas lo que hice yo, ¡quédate quieto y espera que vengan a atenderte! (sí, lo de bajarse andando unos quinientos metros diciéndole a todo el mundo que estaba bien fue una soberana estupidez, más que nada porque se acaba bajando el calentón y acabas viendo que la sangre sigue saliendo y empiezan a aparecer los fantasmas...).

Bien, en caso de sangrado lo has taponado, puedes moverte (en principio), vale, pues en ese caso, hayas visto muchas películas, hecho muchos cursillos, te hayas leído la crónica de la caída de Sixto y te haya quedado todo muy claro, seas médico, cirujano, o nobel de medicina ¡deja que otro tome las decisiones!, cuando el paciente es uno mismo el raciocinio desaparece...

(Continuará...)

miércoles, 4 de agosto de 2010

Crónica de una caída (VI) [Y, ¿qué hacemos con ella? (la sangre)].





 Parece de perogrullo, pero lo voy a contar: ¿qué hacer con los sangrados? pues taponarlos.

Si parece arterial da igual con qué o cómo, tapona, comprime, haz lo que sea para que no salga sangre. ¿Torniquete? ¡sólo como última medida en caso de que no haya forma de taponar apretando en el sitio de sangrado!, ¿por qué? porque si hacemos un torniquete dejamos sin sangre toda la zona distal a donde estamos cortando la circulación, y se produce mucha necrosis (muerte de tejido), y al romperse los tejidos (las células), salen a la sangre sustancias (por ejemplo, potasio), y al quitar el torniquete esas sustancias se incorporan a la circulación general, y si hay mucho potasio (por ejemplo) en la circulación, el corazón tiene una tendencia poco graciosa a fibrilar (lo que viene a ser lo mismo que no latir, ya que es un latido muy suave y muy rápido absolutamente ineficaz), así que no nos morimos del sangrado, pero al quitar el torniquete se nos para el corazón, y es otra de esas causas por las que nuestro cuerpo tiene el capricho de morirse. Si no queda otra que hacerlo (el torniquete), medir el tiempo que lleva hecho y sólo quitarlo ya en el hospital, avisando del tiempo que lleva hecho y con médicos que sepan lo que hay que hacer en esos casos y que tengan todo el equipo preparado.

Si parece venoso y sangra mucho (herida profunda, vena gorda), tres cuartos de lo mismo: tapona fuerte con lo primero que tengas a mano, si es algo limpio mejor, pero si en ese momento no se puede buscar, lo primero que pilles, de la infección ya nos encargaremos luego, que eso tarda más en amenazar. En caso de vena probablemente no nos tengamos que llegar a plantear el torniquete, debería poder pararse apretando fuerte.

Si, como fue mi caso...

(Sí, me temo que continuará...)

Crónica de una caída (V) [Llega la sangre].









...


Me gustó mi primera reacción consciente. La primera inconsciente fue un reflejo humano, el de supervivencia, el del mal menor, el de quitarme de en medio. Vale, me la he pegado gorda, pero por hoy tengo suficiente, no me apetece que me atropellen. Pero entrando ya en el consciente, al ver que soy capaz de ir hasta la acera tras el golpe, mi primer pensamiento va hacia los compañeros: si soy capaz de quitarme yo también soy capaz de apartar la bici de en medio de la bajada, así que miro a ver si no viene nadie y mientras el que iba detrás de mí ya ha pasado y le oígo gritar "¡¡¡caída aquí!!!" a los de protección civil de la curva de abajo y veo bajar corriendo a alguien vestido de naranja con cara de susto de la curva de arriba, quito lo que queda de bici de en medio de la pista (no me preguntéis por ella, no la volví a inspeccionar y se quedó en Can Picafort) y empiezo la autoevaluación.

Lección práctica:

Si mueves las articulaciones todos los grados posibles, con un poco de suerte los huesos no están rotos... y digo con un poco de suerte porque hay que esperar a que enfríen, a que baje la adrenalina, a volver a este mundo.

Si sangras mira a ver: 

Es casi imposible lesionarse una arteria en una caída como la mía, a no ser que caigas sobre algo punzante y tengas mucha puntería (las arterias van profundas, están recubiertas de una gruesa capa muscular y dicen que se contraen con los golpes) pero es fácil diferenciarlo, lo primero por la presión, seguro que todos recordáis alguna cogida de algún torero en la que la sangre le sale de la pierna como un surtidor, eso es una arteria, la presión a la que va la sangre por ellas en su momento más alto es de unos 130 milímetros de mercurio, como un chorro de un grifo bien abierto. Además late, porque la presión varía con cada latido, ¿recordáis lo de la presión alta y la baja?, pues eso. Y el color... amigos, por algo la naturaleza utiliza colores chillones brillantes y preferentemente en el rango de los rojos para alertar del peligro, si alguna vez veis el rojo de la sangre arterial, llena de oxígeno, nueva, sin utilizar, recién sacadita de los pulmones e impulsada por el corazón... seguramente no necesitéis saber nada ni elaborar pensamiento alguno, enseguida sabréis que algo malo, muy malo, está pasando, por una arteria podemos perder un litro de sangre en menos de un minuto y... tenemos cinco (litros, que no minutos).

La sangre venosa es la que todos conocemos, es un rojo oscuro, y sobre todo mate, y no late, babea. Las venas van superficiales y es fácil que se abran, como es lógico, con cualquier rotura de la piel, pero las venas gordas, las que aunque babeen pueden hacernos perder mucha sangre en poco tiempo, van también profundas.

Parece de perogrullo, pero lo voy a contar: ¿qué hacer con los sangrados?...

(Continuará...)