jueves, 27 de enero de 2011

Triats: elegidos.





Foto del equipo Triats antes de la duatlón de Sa Pobla (faltan muchos).


Sólo con los rudimentos "natacionales" de la infancia y con una bici de montaña de hacía veinte años (no es una manera de hablar, me la compraron mis padres por una oferta de la CAI en 1989), y casi haciendo veinte años también que no la montaba, hice mi entrada en 2009 en el mundo del triatlón (entonces ni siquiera sabía que también existían duatlones y aquatlones).

Yo era (y sigo siendo), un osado sin vergüenza alguna y con una forma física... según se mire. Comparada con la mía de toda la vida: excepcional; comparada con la de la sedentaria media poblacional: bastante buena; pero comparada con la gente que allí me rodeaba: deplorable, por lo que el ambiente me pareció aspero y quizá un poco elitista, todos cachas, equipados, homologados, preocupados (por rendir al máximo en la carrera) y estudiados. Pero a mí me hacía ilusión poder decir que había hecho un triatlón y aunque era popular, de bici de montaña e intuyera (y a la postre se demostró que acerté en la intuición) que iba a llegar último destacado, no me iba a ir de allí sin acabarlo.


Sufridísima llegada del Trisport de PortoCristo 2009


No pensé nunca que mi aventura triatlética fuera a llegar mucho más allá, eso del triatlón sonaba a algo muy serio, había que entrenar tres deportes y, viendo los cuerpos de mis compañeros de carrera (muy poco tiempo, eso sí, lo que tardaron en desaparecer delante de mí en el agua) no parecía algo hecho para mí, pero me gustó, me lo pasé bien, y dado que, efectivamente, no tengo vergüenza, decidí repetir.

Lo de menos es cómo llegué a ser más o menos regular a la hora de practicar este deporte, lo más importante es lo equivocada que fue mi primera impresión de la gente que lo practicaba. A lo que he dicho antes se ha de añadir que también pensé que era algo muy individualista, aquí no hay estrategia de equipo y no luchas por nadie más que por ti por tanto era lógico pensar que nadie se preocuparía por nadie y que no habría camaradería alguna, pero, como la paloma, me equivocaba.

Pongamos que durante ese año se juntó gente de otra pasta, gente que practicaba el triatlón pero se preocupaba por el compañero, gente que quería hacer este deporte con una sonrisa, que quería mirar también hacia atrás cuando lo practicaba, que quería hacer un grupo para entrenar juntos, pero también para compartir algo más de la vida, que quería construir algo parecido a una familia, un equipo forrado de acogedora madera con chimenea, hospitalario, que entendía la popularización que se está dando del atletismo y de este deporte en Mallorca y que ello requería de gente con alma, que siempre ofreciese respuestas sin gesto de superioridad, que guiase, que abrazase, que enseñase, que ¡se reuniese antes de las carreras!


Reunión del equipo Triats antes de la duatlón de Sa Pobla 2010.


Pongamos que decidieron crear ese grupo y llamarlo "Triats.som" jugando genialmente con la dirección web de unos triat(s)letas mallorquines y su traducción al castellano: "ELEGIDOS SOMOS".

Pongamos que al año siguiente me hicieron el honor de aceptarme.

Jamás como en triats.som y en @tletasdebaleares sentí más repleto el tercer escalón de mi Pirámide de Maslow personal.

Soy uno de los triats (traducido: soy uno de los elegidos) y creo que se nota.,



GRACIAS.

jueves, 20 de enero de 2011

Peor lo tengo yo





O lo llevo crudo o es que me gusta nadar contracorriente... no lo sé.

Hay algunas cosas que me preocupan últimamente. Una de ellas es mi nueva adicción. Sí, lo reconozco, estoy enganchado a los blogs. Vaya carca tío, eso es más o menos como coleccionar sellos o elepés de vinilo, ¿blogs? por Dios, ¿eso no murió en los noventa? Ya, ya, pero a mí me llegó tardíamente la afición, ya ves tú, con lo meinstrim que suelo ser yo ha resultado que en esto voy tarde y, así como quemé enseguida mi etapa feisbuquera, llegué tarde a la blogosfera (con lo que me gustaba a mí el término antiguo: "bitácora" o "cuaderno de bitácora"), y el caso es que no tiene buena pinta, ni idea de cómo me voy a desenganchar porque mira que hay gente que escribe cosas interesantes y amenas de medicina y de correr, dos de las tres cosas que componen mi vida... da toda la sensación de que los cuadernos de bitácora han venido a mi vida para quedarse, pero lo dicho, en un momento en el que  las cuatro palabras más buscadas en google en España son "facebook", "youtube, "tuenti" y "twitter",  CNN plus se convierte en veinticuatro horas de gran hermano y Belén Esteban sería la tercera fuerza política más votadaa mí me da por aprender... manda huevos.

Otra de las cosas que me preocupan es mi necesariedad, sí, si soy contingente o necesario, porque al parecer ya van siendo más de una las razas en las que las hembras pasan olímpicamente de los machos y sobreviven sin problemas y es que, si con la música o la comida pueden obtener el mismo placer que... conmigo... apaga y vámonos, me extingo, así que no me llores que peor lo tengo yo, y además me bajas la libido.,

jueves, 13 de enero de 2011

Se ruega no tocar los huevos.



No soy yo muy susceptible, creo. No hay muchas cosas que me molesten demasiado del prójimo, diría que soy una persona con la que es fácil convivir, creo que tengo mucha tendencia a empatizar, a ponerme en la situación del otro y conseguir llegar a entender el por qué de la mayoría de actitudes y acciones que realiza la gente, casi siempre tiendo a pensar bien: "habrá tenido un mal día, habrá tenido una mala infancia y no le han enseñado"... pero no soy el santo Job ni del todo "inofensible" (sí, me acabo de inventar la palabra).

Me molestan algunas cositas.

No me esprintes en la recta final de la media maratón popular, coño, lo máximo que vas a ganar es quedar el cuatrocientos cincuenta y siete, en vez del cuatrocientos cincuenta y seis (de una carrera con cuatrocientos sesenta participantes) o... con suerte, un infarto por sobreesfuerzo.

No soporto que se me pongan al lado en una cola, codo con codo, ¿para qué, señora?, (señoras que...) ¿para qué se pone usted a la misma altura que yo en la cola o, como mucho, dos milimetros detras, rozando su cuerpo con mi codo?, ¿piensa que alguno de los dos no sabemos que usted llegó después?, ¿piensa que igual... cuela?

No puedo con los subnormales maleducados que te "acosan" con el coche, que ponen el morro de su bemeuve oscuro a medio milimetro del maletero del tuyo y se asoman por los dos lados mientras tú, como máximo a ciento veinte kilómetros por hora (velocidad permitida en autopista) estás adelantando a otro coche. No me eches las luces, tío, es imposible que no te haya visto, y si no lo hubiera hecho hubiera notado tu fétido aliento en mi nuca de lo cerca que estás. Claro que lo de la conducción da para cien entradas, los HCM (habitantes del carril de en medio), la cantidad de gente que va por el mundo con los intermitentes rotos (no puede ser que haya tanta gente que no sepa utilizarlos), ¡¡¡la rotondas!!! (si hubiera que hacerlas siempre, aunque vayas a dar la vuelta entera, por el carril exterior... ¿para que han puesto los otros carriles?)...

(Aunque podríamos reconocer que hay alguna difícil...)




Bueno, vale, quizá si hay alguna cosilla que me molesta.

En fin, de todas formas, si vais a tocar los huevos (y lo que hay entre ellos), hacedselo a vuestra pareja, o a Victor Negro , así al menos sacaréis algo en claro.

lunes, 10 de enero de 2011

Mi vida sin ti.





A lo largo del año 2011 se va a producir en España un evento que desde la perspectiva de la salud de la población es mucho más importante que los trasplantes, que la gripe y que otros eventos sanitarios muy publicitados y promocionados: millones de personas van a tener que dejar de fumar en espacios públicos.
Este hecho puede ser un elemento determinante, una oportunidad para que una gran parte de la población fumadora valore la posibilidad de abandonar su hábito tabáquico.

Dejar de fumar es una de las intervenciones de más impacto en la salud de una persona. Supera con mucho otras intervenciones del sistema sanitario.

Mi Vida sin Ti es un proyecto colaborativo informal de un grupo de personas que trabajan en temas relacionados con la salud, y exploran con interés las posibilidades de internet. La iniciativa no está
vinculada con ninguna asociación, institución o sociedad científica o profesional. Pretende ser un espacio que ofrezca ayuda clara, global, transparente, no vinculada a intereses comerciales, para informar, apoyar y facilitar la decisión de dejar (o no) de fumar.

Queremos reorientar muchos mensajes dirigidos al consabido “acuda a su médico de cabecera para que le ayude a dejar de fumar”, institucionalizando o “farmacologizando” una decisión que en un alto porcentaje de los casos está relacionada con una decisión y motivación personal más que con una consulta médica. La decisión de dejar de fumar es individual y autónoma. El protagonista es la persona. Los profesionales sanitarios somos actores secundarios. Aunque estaremos encantados de intervenir si se nos requiere.
Este es el origen del nacimiento de esta iniciativa Mi vida sin Ti: puedes vivir sin tabaco y el tabaco puede vivir sin ti.

Toda la información en:
Web: http://mividasinti.es
Facebook: http://www.facebook.com/mividasinti11
Twitter: @mividasinti11

domingo, 9 de enero de 2011

Mi vida sin ti.




Mi Vida Sin Ti es un proyecto colaborativo para mejorar la salud del ciudadano y colaborar con los profesionales sanitarios en el abordaje del tabaquismo.
El día 10 comienza todo, ahora sólo se están calentando motores. ¿Te unes?
Sigue a Mi Vida Sin Ti en Twitter y en Facebook.

martes, 4 de enero de 2011

Barritar microbios



Podría coger una cosa más, no te digo yo que no: gorro, buff, cinta de pulsaciones, tres camisetas, cortavientos, reflectante, reloj-gps-marcarritmo, pantalon, calcetines, zapatillas, portadorsales, dorsal y chip si es día de carrera... sí, podría coger un pañuelo, o un paquete de clinex, tampoco es para tanto el "equipo" que tengo que coger para ir a correr en invierno, pero... hay que reconocer que sería un engorro ir sacando cada cinco minutos el pañuelico de marras y volverlo a guardar, aunque quizá con clinex jugando luego a encestarlos en las papeleras del camino podría tener su qué, pero... lo cierto es que nada supera el infinito placer de barritar mientras corres.

Sí, yo creo que el verbo más apropiado es ese: barritar, como los elefantes.

Si vas solo porque no te vea nadie conocido del pueblo, y si vas en carrera por no salpicar a alguien que pueda estar corriendo cerca, lo primero es mirar a ambos lados. Una vez asegurado la intimidad en el entrenamiento o la inofensividad en carrera, aplicas los dedos índice y corazón sobre una de las alas nasales tapándola, te inclinas levemente para no automoquearte , cierras la boca y reproduces una maniobra de valsalva aumentando la presión intratorácica para expulsar con la mayor fuerza posible el aire por el caño que queda libre y ...ffuuuuuiiifffff.... barritas. A los pocos segundos repites la operación con el ala nasal contralateral y ah... puedes respirar libremente durante al menos dos minutos. Insuperable.

Llamadme iconoclasta, pero ya sabéis que no me gustan las hipocresías y al igual que en la anterior entrada reconocí que correr no era afán de superación ni sacrificio sino puro hedonismo, en esta afirmo que a todos los corredores nos pirra barritar cuando corremos, de hecho es un factor importante para que esa sensación de libertad al correr que todos clamamos lo sea de verdad en invierno.

Total, si somos más microbios que mamíferos (no somos quienes creemos que somos), y qué cojones, igual hay a quien le parecería peor que los metiéramos para dentro, pero al parecer, sería más sano(¿y más sabroso?).

Tengo que dejar de leer ciencia.

domingo, 2 de enero de 2011

Una verdad y una apuesta.



La verdad:

Debo ser raro, bien por como yo lo veo o bien porque -en caso de que haya más gente como yo- esto no se suele decir, pero yo lo confieso: para mí no es sacrificio. No. Ni sacrificio, ni superación, ni leches. Yo no sé los otros pero yo corro porque me gusta, porque me proporciona placer. ¿Que se sufre?... bueh... eso depende de cada uno, pero vamos, en mi caso el placer es taaan superior al sufrimiento que este último ni lo cuento. Y está por ver que ese sufrimiento que se padece no sea placentero también, que hay quien dice que sí.

Será que desde fuera se ve de otra forma pero yo me voy a dejar de hipocresías: no, no soy un gran hombre por ser capaz de correr una media maratón, o una entera. No he "superado" nada, que no, coño, (con perdón, pero el taco es necesario para que entendáis el tono con el que digo esto) que no, que yo me voy a correr porque me gusta, como el que se pone a jugar a la "plei" o el que se queda en el sofá. Digo yo que lo harán porque les compensa, porque les gusta, porque les proporciona placer... pues eso, yo también.

Hay días, sobre todo entre semana, sobre todo el día que toca hacer "series", que en el momento de salir de casa tengo la sensación de que cuesta, de que me quedaría en casa más a gusto, de que hace frío, me tengo que cambiar... pero salgo, y -repito-no salgo superando nada ni hago sacrificio alguno, salgo porque sé que cuando vuelva lo haré contento, porque me habrá compensado sobradamente.

¿Cuesta más salir a correr que ponerse a jugar a la plei o que sentarse en el sofá?, sin duda, pero a mí, al menos, me compensa más, y si cada uno se lo supiera plantear con metas reales, estoy casi seguro de que también. Con esto quiero decir que para mí ahora mismo salir a correr diez kilómetros viene a ser lo que para alguien que no ha corrido nunca sería salir a correr un minuto, creo, no sé. Lo que para mí sería ahora mismo bajar de cuatro horas en una maratón viene a ser lo que para alguien que no ha corrido nunca sería conseguir (tras salir unos cuantos días) conseguir llegar a correr diez minutos seguidos.




La apuesta:

Yo ya estoy enganchado y esto, como todas las drogas, crea tolerancia así que estoy convencido de que, si no has corrido nunca, para ti el placer de conseguir correr media hora seguida alcanza un grado al que yo ya no soy capaz de llegar.

¿Qué te apuestas?