Foto del equipo Triats antes de la duatlón de Sa Pobla (faltan muchos).
Yo era (y sigo siendo), un osado sin vergüenza alguna y con una forma física... según se mire. Comparada con la mía de toda la vida: excepcional; comparada con la de la sedentaria media poblacional: bastante buena; pero comparada con la gente que allí me rodeaba: deplorable, por lo que el ambiente me pareció aspero y quizá un poco elitista, todos cachas, equipados, homologados, preocupados (por rendir al máximo en la carrera) y estudiados. Pero a mí me hacía ilusión poder decir que había hecho un triatlón y aunque era popular, de bici de montaña e intuyera (y a la postre se demostró que acerté en la intuición) que iba a llegar último destacado, no me iba a ir de allí sin acabarlo.
Sufridísima llegada del Trisport de PortoCristo 2009
No pensé nunca que mi aventura triatlética fuera a llegar mucho más allá, eso del triatlón sonaba a algo muy serio, había que entrenar tres deportes y, viendo los cuerpos de mis compañeros de carrera (muy poco tiempo, eso sí, lo que tardaron en desaparecer delante de mí en el agua) no parecía algo hecho para mí, pero me gustó, me lo pasé bien, y dado que, efectivamente, no tengo vergüenza, decidí repetir.
Lo de menos es cómo llegué a ser más o menos regular a la hora de practicar este deporte, lo más importante es lo equivocada que fue mi primera impresión de la gente que lo practicaba. A lo que he dicho antes se ha de añadir que también pensé que era algo muy individualista, aquí no hay estrategia de equipo y no luchas por nadie más que por ti por tanto era lógico pensar que nadie se preocuparía por nadie y que no habría camaradería alguna, pero, como la paloma, me equivocaba.
Pongamos que durante ese año se juntó gente de otra pasta, gente que practicaba el triatlón pero se preocupaba por el compañero, gente que quería hacer este deporte con una sonrisa, que quería mirar también hacia atrás cuando lo practicaba, que quería hacer un grupo para entrenar juntos, pero también para compartir algo más de la vida, que quería construir algo parecido a una familia, un equipo forrado de acogedora madera con chimenea, hospitalario, que entendía la popularización que se está dando del atletismo y de este deporte en Mallorca y que ello requería de gente con alma, que siempre ofreciese respuestas sin gesto de superioridad, que guiase, que abrazase, que enseñase, que ¡se reuniese antes de las carreras!
Reunión del equipo Triats antes de la duatlón de Sa Pobla 2010.
Pongamos que decidieron crear ese grupo y llamarlo "Triats.som" jugando genialmente con la dirección web de unos triat(s)letas mallorquines y su traducción al castellano: "ELEGIDOS SOMOS".
Pongamos que al año siguiente me hicieron el honor de aceptarme.
Jamás como en triats.som y en @tletasdebaleares sentí más repleto el tercer escalón de mi Pirámide de Maslow personal.
Soy uno de los triats (traducido: soy uno de los elegidos) y creo que se nota.,
GRACIAS.