martes, 17 de agosto de 2010

Crónica de una caída (XII) [Las curas]. Punto final.






Una vez con la cura inicial hecha y el litro entero de suero salino pasado (una bolsa de suero normal tiene 500 ml, aunque también las hay de un litro) me siento más tranquilo. Había pasado dos momentos de mareo intenso y sensación de irme a desmayar, pero sé perfectamente que la única razón que me ha llevado a ellos son los nervios pensando lo que me podía pasar en algún momento, haber perdido demasiado volumen, haberme roto el codo... aunque ahora sé que exageraba en los momentos de nervios ser médico no ayuda nada, todo lo contrario, sabes qué es lo peor y, por supuesto, te pones en ello.

Como todo se ha ido posando llamo a mi mujer, me viene a buscar con mi cuñado, volvemos a la playa, la organización, ¡¡perfecta!!, me había guardado todo juntito, estaban a punto de irse pero en cuanto me ven llegar (ahora con un par de vendas pero todavía todos los roces en carne viva, el tritraje bajado y sin camiseta) me reconocen: "eres el 373 (mi dorsal), ¿verdad? ", era claramente una pregunta retórica, "aquí está lo tuyo". Veo el sillín de la bici destrozado por la parte derecha, no evalúo más, me preocupa poco. Recupero mis pertenencias (menos el casco, que se quedó en la primera ambulancia, pero de todas maneras, y aunque esta caída no ha tocado cabeza, ya había pensado cambiarlo después de la caída en PortoCristo, mucho más leve que esta pero que sí la tocó) y tras llegar a nuestro coche y colocar la bici en su sitio ayudados por un triatleta que todavía estaba por allí (entre mi mujer embarazada y yo lisiado... menos mal que pasó este chico), me monto en el coche, conecto el teléfono a internet y mando mi primer mensaje al foro de @tletas de Baleares: "Muchos raspazos pero estoy bien".

Luego en el hospital me duche frotando bien las heridas en carne viva (aunque a día de hoy, cuatro días después, siguen saliendo piedrecitas incrustadas) para intentar evitar lo máximo posible la infección, y allí sí que estuvieron más de una hora curando heridas, cuatro de ellas (las dos manos, el codo, y una en el costado) todavía las tengo que llevar tapadas con crema antibiótica y regenerativa, me las curan cada dos días (perdiendo todavía más de una hora en el proceso cada vez), ah, y los puntos en el codo. Estoy tomando antibiótico vía oral para ayudar a mi cuerpo a luchar contra todos los bichitos que tienen tantas puertas abiertas, sobre todo preocupa la de la articulación, que es la más profunda, y si entra ahí... a ver cómo lo matas (hay sitios en el cuerpo donde los antibióticos llegan mal, como los huesos o las articulaciones).

Y esto es el final. Acabé de escribirlo el día 29 de Julio. Me ha surgido alguna reflexión más en el tiempo, pero no la he escrito (de nada) así que se quedaron en el limbo, espero que a alguien le haya servido de algo (si es que alguien lo ha leído entero).

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