viernes, 7 de octubre de 2016

A Gudiña. Decíamos ayer.

[Foto]




Uno tiene las obligaciones y menesteres que tiene y eso le permite irse a caminar solo (y sólo) unos ocho días al año, por eso los caminos de Santiago los voy haciendo por trozos. Para completar el Sanabrés he tardado dos años, el año pasado hice de Zamora a A Gudiña y este año de allí a Santiago.

Fue una sensación extraña volver al sitio donde abandoné el camino el año anterior, en el mismo sitio y a la misma hora exactamente un año después.

Estaban allí de nuevo el mismo grupo de gente mayor andaluza, los mismos dos franceses, la norteamericana loca, la huraña alemana y la pareja de hombres raros que nadie sabe de dónde son porque no hablan nada entendible. ¿Cómo, después de lo que yo creía había sido un año muy ajetreado, podía haberse parado el tiempo así en ese extraño e intrascendente pueblo al inicio de Galicia? Decidí no darle ninguna vuelta al misterio, si acaso cagarme en él como hace Saza al final de "Amanece que no es poco", y no pude por menos, además, que recordar la frase de Fray Luis de León tras cinco años en la cárcel, la misma que después repitió Unamuno tras otros siete en el mismo sitio.

2 comentarios: