En Silleda hay tres albergues privados. A mí me gusta dormir
en albergues públicos, me gusta seguir los principios de austeridad y comunidad
en el camino, pero me venía bien dormir allí aquel día así que me busqué el que
pareciera más público.
El albergue de Santa Olaia de SIlleda es una parte de lo que
se hizo con el pastón que cedió al morir la ricachona María Seoane Colmeiro a
unas monjas. También hicieron un colegio, todo junto.
El albergue ahora lo es pero fue residencia femenina y lo
sigue pareciendo: tres plantas con unas cincuenta habitaciones, cada una de las
habitaciones para cuatro estudiantes (dos literas). Una pequeña cocina adjunta
abajo, lavadero arriba y varias salas comunes.
Ya he hablado de lo poco transitado del camino Sanabrés y os
cuento además que los otros dos albergues bombardean de propaganda los
kilómetros previos.
Todo aquel edificio para mí solo. ¿Qué si pase miedo? No.
Pero haberlas, haylas.
El título de esta entrada me recuerda a "Rojo y negro" (nada menos) de Stendhal. Ni allí aparece ninguno de los dos colores en parte alguna, ni aquí se explica a qué viene lo de la ensalada.
ResponderEliminarPerdona la tontería, de pequeño miraba la cartelera cada semana y no me perdía la coña de la sala X, se me quedó grabada esta: http://www.ipeliculas.es/pelicula-ensalada-en-el-colegio-femenino-que-no-falte-pepino-1982.php
ResponderEliminarYo estaba convencido de que te habías hecho una ensalada tú mismo allí en el colegio y me preguntaba si de verdad eras de esos que en el camino pierden horas en prepararse la comida en lugar de ir al bar más cercano y comer lo primero que encuentren.
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