(Segunda de la doble entrada dedicada a la media maratón de Bilbao)
Si habéis leído las últimas entradas del blog sabéis que las condiciones en las que llegaba a la media maratón de Bilbao eran… ¿difíciles?, ¿peligrosas?... mucha sobrecarga en fines de semanas con semanas en blanco entre medias obligado a descansar de dichas sobrecargas, por eso pensaba que era posible que no acabase por agotamiento o porque “me rompiese”. Hubo suerte, fue bien, pero dicho miedo al inicio de la carrera me hizo aplicar una cosa que aprendí en su momento y, de nuevo, me volvió a servir.
Un día me explicaron que para pensar en nada no hay que cerrar la puerta de entrada de los pensamientos a la cabeza, si no abrir la de salida. No podemos evitar que los pensamientos entren (Ejemplo: intentad no pensar en pingüinos en el próximo minuto… ¿veis?), pero si podemos intentar, ¡y conseguir!, que el pensamiento no te atrape, no se quede a vivir un rato: si te haces consciente de que no es urgentísimo y de que, SIN DUDA, ya volverá cuando le toque el momento y le mantienes abierta la puerta de salida, tarde o temprano acaba yéndose (más temprano cuanto más ejercitas esta técnica, como todo, mejora con el entrenamiento) y puedes volver a pensar en nada hasta que entra el siguiente pensamiento intruso al que, cada vez, tardas menos en facilitar la huida.
Llega un momento en que se cansan de entrar y salir y se quedan fuera, y entonces es cuando piensas en nada, cuando te relajas, cuando te puedes sentar en tu sofá interior y estar a gusto aunque fuera estés corriendo y cansado. El pensamiento en el dolor de piernas ya ha entrado unas cuantas veces, y se ha vuelto a ir, los pinchazos, el cansancio, la preocupación… en la cabeza no queda nada y el cuerpo da lo mejor de si sin obstáculos.
Y puede llegar a ser mucho.
(Explicación a la imagen de la entrada: Dice la leyenda urbana que en la última imagen de la película "La reina Cristina de Suecia" en la que se le ve a esta (Greta Garbo) alejarse despidiéndose de su país en un barco, el director: Mamoulian, le dijo a la actriz que para ese momento pusiera "cara de nada", y ella nos regaló esa imagen, uno de los iconos de la historia del cine).