Un cachondo traumatólogo amigo mío me dijo que si era una fractura de estrés que me tomara un orfidal... en fin.
Y ahora explico lo que es una fractura de estrés y lo que pudo causar que me la hiciera. Una fractura de estrés es diferente a las fracturas normales en varias cosas: primero porque no se produce por un golpe de “alta intensidad” sino por muchos de “baja”, es una fractura típica del corredor y típica donde yo me la he hecho, en el segundo metatarsiano, que es el hueso más largo del pie (es el hueso largo que va inmediatamente detrás del del dedo), os pongo una imagen para que lo localicéis, aunque es de una fractura normal, no de estrés.
Hay que hacer caso de los avisos, no como yo, porque una vez hecha, es grave, unos tres meses en reposo (de correr) y, según dicen en muchos sitios, una primera fase de reposo absoluto sin nada de apoyo (muletas), cosa que yo no he hecho porque me enteré de que era lo que era tres semanas después y, chico, a estas alturas ya...
Se produce cuando estás cambiando una forma de hacer las cosas y empiezas a cargar mucho sobre una estructura ósea que antes no soportaba tanto golpe. El hueso es un tejido vivo y, si cargas sobre una de sus zonas se remodela para soportar mejor dicha carga, el problema es que hay una fase que, en ese remodelado, se han tirado tabiques viejos y los nuevos aún no están fuertes y la estructura es débil así que se rompe, pero se rompe por dentro, como si en una casa tiráramos todos los tabiques que no son fundamentales, seguiría de pie y, si miráramos la estructura de dicha casa con rayos X, veríamos perfectamente su silueta, pero estaría rota por dentro, por eso no se ve con esa técnica, en la que tampoco se ve toda la inflamación y edema alrededor del hueso roto. Todo eso sí se ve en la resonancia, que fue la que cantó.
Os contaría más cosas pero creo que con lo que he hecho ya os he puesto sobre el aviso y espero que lo hayáis entendido.
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