lunes, 20 de enero de 2014

La foto y su circunstancia.



 Perdonadme que le siga dando vueltas al tema, ya acabo (con el tema, las fotos de los amaneceres me las reservo), pero es que me gusta la paradoja.

 Habría quien diría que es el mismo sitio, la misma foto, pero hoy ya es otro día. Un poco antes porque es lunes y seguro que viene cargadito de pacientes ingresados. Con los pies mojados de subir al montículo porque había llovido. Esta vez sin amanecer -por la hora- y sin niebla pero con nubes, y esta vez con susto incluido, alguien que sabe que hago esto casi todas las mañanas ha aparecido por sorpresa a mi espalda y me ha dado un abrazo.

 Qué pocas veces (¿nunca?) se puede afirmar algo de forma absoluta. Al que diga que es la misma foto, o incluso el mismo sitio, no le podemos quitar la razón, pero que me diga qué hacemos con todas esas diferencias. Eso sí, al que diga que no es la foto más bonita que he hecho de ese sitio le tengo que contradecir, la imagen será la que sea pero, sin duda, no podré mejorar la sensación que he tenido hoy al hacerla.

2 comentarios:

  1. Estas fotos son una buen toque de atención para espabilar: no debemos anestesiarnos nunca con la rutina, cada momento es diferente, y nunca sabemos si será el último!

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  2. Efectivamente, Laura.

    Muchas gracias.

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